Los muros son para no ver qué hay detrás
Mucho se ha hablado de la alambrada de cuchillas que han colocado para que no entren inmigrantes ilegales en España: que si son unas cuchillas que dañarán a los que intenten saltar, que si no es humanitario, etcétera. Todas las opiniones se centran en las desagradables consecuencias de saltar la valla. Damos el protagonismo al saltador y a la valla.
Pero el problema real no está en las cuchillas, ni en que electrifiquen la valla, ni en que pongan minas. El problema está en que ningún gobierno del mundo se mueve para cambiar la situación de esos países de donde vienen. África ha sido y sigue siendo nuestra tierra de cultivo, fuente de materias primas, de metales preciosos y también nuestro estercolero. Permitimos que Gobiernos masacren a su población con armas que les vendemos, mientras nos llenamos las manos de joyas y café. Si en sus países de origen pudieran tener una vida digna no se la jugarían saltando una valla llena de cuchillas.
Así que ya podemos construir un muro lo más alto posible y pintarlo con niños sonrientes de todas las razas cogidos de la mano. En nuestro lado.— Israel Salas.
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