La muerte cotiza al alza
He enterrado a dos familiares, uno en 2012 y otro en 2013. Para el mismo funeral, a causa de la subida del IVA del 8% al 21%, ha habido una diferencia de más de 500 euros. Si ya son caros los entierros —ataúd aparte, que tiene precio variable— para más inri sube el gravamen. Y es que Hacienda rebusca en la vida y en la muerte.
A mí me ha recordado aquel estremecedor desafío, cuando Diego Ordóñez, ante los muros de Zamora, retaba a los vivos y a los muertos “y a los que no son nacidos”. Pronto discurrirán, por proyección demográfica, que los futuros, como en la Bolsa, también “coticen”.— Carlos Taranilla de la Varga.
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