Asientos bien señalizados
Creo que, en general, todo el mundo ha subido a un autobús de línea regular en las ciudades y habrá observado que existen unos asientos reservados de color distinto de los que se sientan la mayor parte de los demás pasajeros. Estos asientos tienen unos signos representativos: mujer embarazada, anciano, persona invidente, persona discapacitada, persona con bebé en brazos. Son un número pequeño de asientos en comparación con el resto del autobús, pero estudiantes jóvenes, personas maduras sin traumas aparentes, personas con carros de compra bien capacitadas para llevar peso, etcétera, se sientan tan campantes pasando de las señales bien expresadas en esos asientos reservados, incluso cuando el autobús va medio vacío. Creo que por educación, solidaridad y humanidad no deberían ocupar esos asientos quienes no los necesitan, y ayudar incluso al que no puede sentarse por sí solo para que lo puedan utilizar.— Francisco Javier Sotés Gil.
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