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EL DEBUT

La hija ‘granjera’ del alcalde de Nueva York

Georgina Bloomberg ha hecho algo que ha vuelto a activar las alarmas de los malpensantes: se ha dejado ver con un cerdo que tiene por mascota

Tom C. Avendaño
Georgina Bloomberg asiste al desfile de Carolina Herrera en Nueva York el pasado 6 de septiembre.
Georgina Bloomberg asiste al desfile de Carolina Herrera en Nueva York el pasado 6 de septiembre.Paul Zimmerman (WireImage)

¿Es una heredera al uso?

Lo más difícil de dirimir sobre Georgina Bloomberg, la hija del multimillonario alcalde de Nueva York, es si estamos ante una sagaz estratega especializada en el arte de la venganza o si es que sencillamente no le importa nada de lo que digan de ella. En 2011, por ejemplo, esta amazona profesional publicó una novela infantil a cuya protagonista la ridiculizaban sus compañeros porque “su padre es dueño de medio Nueva York” y era criticada por su familia por querer dedicarse a los caballos y no a otra cosa. No se ha probado que esta historia se base en el hecho de que su hermana mayor, Emma, se hubiera licenciado por Princeton mientras ella corría a lomos de uno de sus nueve percherones, pero las similitudes están ahí. Más recientemente, sin embargo, ha hecho algo que ha vuelto a activar las alarmas de los malpensantes: se ha dejado ver con un cerdo que tiene por mascota.

¿Cuánto puede significar un cerdo?

El marrano adquirió, desde esa revelación, dos lecturas, y ambas parten de la base de que en Nueva York, a diferencia de otros Estados, es ilegal pasear cerdos por la calle. Primero, podía ser otro sutil golpe de Georgina a su padre; al fin y al cabo, lleva luchando por cambiar las leyes para mascotas de Nueva York desde hace meses. Desde que su novio, el jinete argentino Lorenzo Borghese, la introdujo en la asociación proanimal Animal Aid USA. Hay quien ha visto algo simbólico en el hecho de que Georgina se enfrente a su padre por la influencia de un novio, con el que comparte la profesión que, supuestamente, creó un conflicto en la familia. Pero hay otra lectura menos forzada: conviene recordar que el interés mediático sobre Georgina se ha redoblado desde que, este verano, se supo que está embarazada y que saldrá de cuentas el 24 de diciembre. El acontecimiento coincidirá con la retirada de Michael de la vida pública y Georgina será, más que una “hija de”, la única Bloomberg pública. Con un cerdo como seña de identidad.

¿Pero ella quiere ser famosa?

Sería de agradecer que esta segunda opción fuera la correcta. Georgina lleva años escurriéndose de etiquetas. Sí, es una rica heredera a la que le gustan los caballos y que vive en las mansiones de sus padres. Pero también una amazona con serias posibilidades olímpicas que sigue entrenando pese a haberse lesionado la espalda dos veces. Sería triste que estos méritos se vieran eclipsados por un debut en el famoseo. Pero si hay algo que puede eclipsarlos es un hijo. Y un cerdo. |

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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