_
_
_
_
Alterconsumismo
Coordinado por Anna Argemí

Coser un botón puede ser un acto revolucionario

Por Gema Gómez

Por eso nos llaman tanto la atención todas las marcas y proyectos alrededor de ese concepto; si a eso sumamos el concepto de "la cuna a la cuna" donde no existe el término residuo y en cada material encontramos la posibilidad de convertirlo en un producto nuevo, añadiendo más valor (en el caso de la ropa y los tejidos más valor estético) al nuevo producto, es decir, supraciclando, que el que tenía antes de la transformación, entenderéis por qué nos ha gustado tanto esta marca, Schmidttakahashi.

Sus diseñadoras berlinesas Eugenie Schmidt y Mariko Takahashi llevan a cabo un laborioso proceso recolectando ropa, limpiándola, seleccionándola y almacenándola; reciben prendas de diferentes personas de todo el país, ya sea personalmente o por correo. Cada donador obtiene un número de identificación para estar al día del proceso de reciclaje de su prenda, que es documentado en la página de Internet de las artistas donde cada nuevo diseño recibe un número de identificación.

Los donadores pueden escribir comentarios sobre las prendas que han dejado, miles de historias sobre su ropa, dónde y cuándo la compraron, algo especial que ocurrió con ellas, quién sabe, quizás una bonita historia de amor, quizá asistió a la entrega de un premio a un ser querido o lo recogió uno mismo...de esta forma, el nuevo dueño de un atuendo puede conocer las historias de su nueva prenda.

Las diseñadoras berlinesas han llevado su concepto a México, donde han realizado talleres enseñando a sus alumnos técnicas para trabajar con prendas que ya habían olvidado en el armario, rediseñándolas y alargando su vida útil; este tiempo dedicado a trabajar la materia crea piezas únicas de gran valor y sin gastar un centavo.

Frente a un modelo de producción y consumo como es el "fast fashion" cuyo único valor es poder ofertar prendas baratas gracias a no pagar los costes reales de las mismas (salarios, depuradoras de agua, etc...) revalorizar las historias de prendas donadas consigue convertir las nuevas piezas en pequeñas obras de arte con un fuerte vínculo emocional dejando de ser un objeto de consumo rápido.

Así lo ve también el artista social Michael Swaine y por ello desde hace 10 años, una vez al mes sale a la calle con su máquina de coser, se recorre San Francisco reparando la ropa que la gente le acerca. Los “habituales” muchas veces cogen una silla y simplemente se sientan a su lado; en estos caso "reparar" adquiere otra dimensión de conexión entre las personas: "mi pequeño acto es solo un gesto y para algunos significa mucho pero yo creo que lo más importante es el concepto de participar, de ser un ciudadano y actuar fuera de lo que es normal".

Poder conectar a las personas con nuevas ideas para hacer algo diferente y convertirse en agente del cambio por el simple hecho de coser un botón caído, parece un acto revolucionario, porque aunque no lo sabemos, tenemos el poder en nuestras manos de cambiar las cosas. Según aquello que apoyemos con nuestro dinero, nuestro tiempo, o nuestro talento podemos hacernos dueños de nuestras decicisiones y con ellas construir el mundo en el que queremos vivir.

Fotografía de apertura: Las diseñadoras berlinesas de Schmidttakahashi

Comentarios

Necesitamos personas dispuestas a construir un mundo diferente. El actual es tan injusto, inhumano e insostenible, que cualquier alternativa es buenaUn saludo
Coser un botón y después descoserlo es tan revolucionariocomo hirvanar y deshirvanar el hilo, ya que lo revolucionario fue el invento de la ropa, del calzado y del sombreo, incluso de los guantes, y de los pañuelos para limpiarse los mocos. Saludos a nuestros antepasados que también inventaron la solidaridad del saludo, con hermosas miradas y sonrisas.
Cómo me alegra descubrir cada vez más casos que se salen de la corriente habitual y frenética en la que estamos metidos. Casos basados en modelos que vuelven al trato humano, al cara a cara, al interés social y ambiental,... Realmente, consumir es votar cada día, claro que si. A veces lo olvidamos :) Un saludo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_