Duelo sin sorpresas
El debate televisado entre Merkel y Steinbrück no decidirá las próximas elecciones alemanas
Ángela Merkel no ha conseguido una clara ventaja en el único debate televisado con su oponente socialdemócrata, Peer Steinbrück, antes de las elecciones generales alemanas del 22 de septiembre. Una leve mayoría de sus compatriotas considera que el exministro de Finanzas resultó más convincente en la exposición de sus argumentos, lo que contribuirá a dar fuelle a su desvaída campaña. Pese a ello y al hecho de que en ocasiones se mostrara a la defensiva, pocos dudan de que Merkel será reelegida para un tercer mandato. Incluso aunque se vea forzada a una gran coalición con los socialdemócratas del SPD, que la canciller no descarta y su rival aparentemente sí.
El argumento fundamental de estas generalizadas expectativas —y de que la coalición centroderechista gobernante saque entre 11 y 15 puntos a la alianza entre socialdemócratas y verdes— no es que Merkel sea mucho más popular que su rival, que lo es. La hora y media de confrontación televisada no aportó ninguna novedad programática. Ambos discreparon sobre el euro, la política fiscal o el espionaje estadounidense en Europa, terrenos todos en los que el aspirante culpa a la primera ministra de políticas equivocadas, aunque algunas de sus críticas (básicamente el manejo por Merkel de la eurocrisis) resultan devaluadas por el apoyo de su partido al Gobierno. Una y otro descartan participar en la acción armada en Siria que prepara Obama.
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El argumento electoral más consistente en favor de Merkel es que Alemania ha conseguido, con la canciller conservadora, una posición envidiable en Europa y en el mundo. Y que los votantes, según las encuestas, se consideran razonablemente satisfechos. Las polémicas del verano, desde el espionaje de EEUU hasta la posibilidad de que Grecia necesite un tercer rescate, no han alterado el cuadro.
La crisis del euro, en su tercer año, ha contribuido decisivamente a acrecentar el poder y la importancia de Berlín y otorga relevancia especial a estas elecciones. La firmeza y cautela exhibidas por Merkel, por más que sus métodos no sean compartidos en algunos países, reafirma a los votantes. Alemania —unida, rica y fuerte— es la potencia hegemónica de Europa y muchos de sus ciudadanos lo asocian con el dilatado y discreto liderazgo de su jefa de Gobierno. En lo que resta de campaña, mucho tendría que superarse Steinbrück para dar un vuelco a las expectativas.
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