¿Habilitante para qué?

Resulta muy sospechosa la insistencia de Maduro y su combo en solicitar de la Asamblea Nacional una ley habilitante a sabiendas de que no cuentan con los votos suficientes para lograrlo.

(...) Una ley habilitante, que otorga poderes especiales al presidente para que pueda legislar por decreto, implica una dejación de poderes por parte del Parlamento, que los cede temporalmente al presidente, por un plazo perfectamente definido en la propia ley. Es decir, las leyes habilitantes no son indefinidas. Pero precisamente porque se trata del delicadísimo asunto de una autorreducción de los poderes de la Asamblea Nacional, el legislador previó una mayoría hipercalificada de los integrantes del cuerpo.

La Asamblea cuenta con 165 integrantes y la casualidad ha querido que las tres quintas partes sean 99. El oficialismo no cuenta con esa cantidad. Le falta un voto. Eso le presta un particular dramatismo a esta solicitud de ley habilitante y a la eventual votación.

El pretexto para esta petición es la lucha contra la corrupción. (...) Para ello no hace falta una ley habilitante, porque la legislación sobre la materia es abundante. (...) Que apliquen esas leyes, en particular la que se titula precisamente Ley contra la Corrupción.

Además, ¿hasta cuándo piensan mantener a la República sin contralor? Ya van más de dos años en que ese cargo está vacante. (...) Sencillamente no lo consideran necesario. Para el chavo-madurismo se trata de un cargo prescindible. Por ello es que lo de Maduro y su supuesta lucha contra la corrupción es pura faramalla.

Teodoro Petkoff

Caracas, 22 de agosto