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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El turbio ambiente en el que vivimos

Ya hay fecha para que Rajoy dé explicaciones en el Parlamento. Según los entendidos en la materia, si estas se hubieran dado en el minuto uno nos habríamos ahorrado toda una serie de suspicacias, lo cual hubiera mejorado significativamente el turbio ambiente en el que vivimos desde hace tiempo.

Hace bien poco, la Fiscalía Anticorrupción decía que no encontraba delito en el diseño de las preferentes. Esto era sencillamente porque el delito no se encontraba allí, sino en la manera de venderlas y a quién se las habían vendido. Es decir, que si la venta se había hecho a gente inexperta y sin la debida información, esto sí podía ser constitutivo de delito, como así lo ha interpretado un juzgado en Valencia.

Ahora la fiscalía, mediante distintas acusaciones, quiere apartar al juez Silva del caso Blesa, recordemos, expresidente de Caja Madrid que además de comprar un banco en Miami por el doble de su valor, concedió un préstamo a Díaz Ferrán, expresidente de la patronal, saltándose según los peritos los requisitos legales para ello. Ya sé que alguien puede pensar que no tiene nada que ver, lo de las preferentes con las acusaciones que se le hacen a Blesa, pero es que además de tener ambas un origen muy similar (Caja Madrid y Bankia), es que el ambiente de corrupción en el que nos movemos a cualquier bien pensado le hace dudar hasta de su sombra.

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Por eso pienso que para terminar con esta duda es indispensable una separación absoluta de la justicia y de la política de tal manera que ningún partido político pueda elegir a los integrantes de ningún tribunal.— Patxi Aznar Bellido. Andoain, Guipúzcoa.

Yo creía que un juez que decide el impacto de un asunto sobre la Constitución no podía pertenecer activamente a un partido político. Lo siguiente será que los altos cargos militares también estén afiliados.

Yo creía que una iniciativa popular sobre un tema tan desgarrador como la actual normativa injusta sobre desahucios podría ser tenida en cuenta. Por eso la firmé. Yo creía que el Banco de España supervisaba los riesgos y los procedimientos comerciales de las entidades financieras. Se han rescatado bancos, se ha permitido un masivo fraude en la venta de las preferentes y se ha ahondado en la exclusión financiera. Y yo creía que la Constitución la modificaba el pueblo en referéndum, no los partidos políticos en un verano y sin estar en sus programas electorales. En compensación, nos pedirán que deroguemos la Ley Sálica.

Estas derivas democráticas están dañando severamente las creencias de los ciudadanos, polarizando nuestra ideología entre la indiferencia y la radicalidad, dos actitudes incompatibles con los valores democráticos. Si la separación de poderes ya no es una cuestión sagrada y si las decisiones del pueblo son permanentemente desoídas, me siento terrible y desoladamente indefenso.— Tomás Boyano Sanz. Jaén.

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