Desenganche británico
Por una mayoría aplastante de 16 magistrados contra uno, la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la máxima instancia judicial regional, ha condenado a Reino Unido por sentenciar a cadena perpetua sin posibilidad de revisión en un futuro y quedar libres.
El orden público europeo mayoritariamente se mueve no hacia el rechazo frontal de la condena de por vida, sino hacia un mínimo de flexibilidad y humanidad. Lo contrario sería equiparable a trato inhumano o degradante prohibido por el artículo 3 del Convenio Europeo.
Reino Unido se encuentra cada vez más aislado en la percepción de su realidad no europea y Europa —lamentable pero irremediablemente— le sigue dando excusas para que se desenganche no ya de la locomotora europea, sino del tren de mercancías comunitario.— Luis Peraza Parga.
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