'Picassos' en la hoguera
Una mujer quema siete obras maestras para proteger a su hijo, que las robó de un museo holandés

Mientras el espionaje aumenta su leyenda para alimentar la ficción, el arte se hunde como motivo de inspiración para novelas de ladrones amantes de la belleza dispuestos a jugarse el bigote por un lienzo de Matisse. De poco le sirvió, al menos, al rumano Radu Dogaru burlar todas las medidas de seguridad del museo Kunsthal en Rotterdam y dejar patidifusa a media Holanda, que le pudo visionar a través de las cámaras de seguridad cómo se llevaba obras maestras de Picasso, Matisse, Monet o Gauguin sin que la policía pudiera hacer nada por detenerle a él y a sus cinco compinches. El botín —siete grandes obras— fue espectacular y, en teoría, extremadamente valioso: 18 millones de euros. El problema es que meses después de aquella sustracción de película, ocurrida en octubre de 2012, Dogaru y los suyos no lograban vender los cuadros.
Pasma comprobar que estos ladrones del arte desconocieran las dificultades de deshacerse de unos cuadros que, sin necesidad de que la UE lo imponga, van marcados a fuego con etiquetas de trazabilidad.
Le ocurrió al electricista de la catedral de Santiago, Manuel Fernández Castiñeiras, acusado de sustraer el Códice Calixtino y otras joyas del templo que ni siquiera salieron de su casa, donde la policía las encontró. Le pasó, en parte, a aquel jubilado soriano que expoliaba los yacimientos arqueológicos para vender los restos celtíberos a un marchante alemán. No es fácil colocar muchos cascos de bronce de la época sin que los investigadores acaben dando con el caco. Pero el caso de Radu Dagaru ha sido el más letal y el más original: ante las dificultades para deshacerse del botín, la madre del ladrón los ha quemado para evitar la acusación de su hijo.
Es lo que ha tenido que confesar finalmente esta mujer, acuciada por el cerco policial en torno al caco y dado también que no logró hacer desaparecer en la hoguera algunos de los pigmentos. En un principio, algunos acariciaron la esperanza de que la mujer mintiera. Parece que dice la verdad y que, por tanto, en esta historia real ha perdido el arte y también los que pretendieron beneficiarse de él.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
El riesgo de los fondos rusos congelados en la UE: una espada de Damocles que Bélgica se negó a asumir
Pokrovsk y Kupiansk, las batallas en las que Ucrania se juega más que dos ciudades
Un tiroteo masivo en Brown, un físico nuclear y la pista de Reddit: fuga y captura de Claudio Neves Valente
La generación que fue víctima de la dictadura de Pinochet, desolada ante el triunfo de Kast en Chile
Lo más visto
- Uno de los promotores de la señal V-16 de tráfico: “Es duro oír el testimonio de víctimas que han sufrido amputaciones al poner los triángulos”
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”
- Cae una organización que enviaba camiones cargados de cocaína desde Marbella hasta varios países europeos
- La policía registra varios domicilios y las oficinas de la ministra francesa Rachida Dati por otro presunto caso de corrupción
- Manuel Castells, sociólogo: “El mundo está en un proceso de autodestrucción”




























































