Madrileños: ¡Sí se puede!

Soy anestesista de uno de los seis hospitales madrileños cuyo proceso de “externalización” se encuentra paralizado de forma cautelar por el TSJM. Desde que comencé a trabajar en este hospital, en enero de 2013, he firmado seis contratos sucesivos, he estado un mes en paro y he vuelto a ser contratado en este centro.

No escribo a este periódico para quejarme de mi situación laboral, ni la de muchos de mis colegas. Tampoco escribo para contar que el proceso de externalización muy probablemente hubiera beneficiado mi situación personal-laboral. Parecía razonable que en septiembre, Ribera Salud, Sanitas e HIMA San Pablo hubieran empezado a realizar cirugías y consultas por las tardes, necesitando más personal y ofreciendo mejores contratos que los de la sanidad pública.

Escribo para felicitar a la mayoría de mis colegas, a la mayoría del personal sanitario y a la mayoría de los madrileños. Es cierto que la marea blanca de noviembre y diciembre nos dejó exhaustos y muy desanimados. Y la realidad es que el motivo de la paralización cautelar no cuestiona los verdaderos problemas de la privatización. Pero debemos ser optimistas y estar contentos. ¿Por qué? Porque, como diría Unamuno: contamos con la razón y con el derecho en la lucha.

Señor Lasquetty: no es “una jugada de Tomás Gómez”. Usted y su partido están usando “la doctrina del shock” para que unos pocos saquen beneficio de lo que se hizo con el dinero de todos. Es usted quien se la está jugando.

Madrileños, felicidades. ¡Sí se puede!— Pablo Ribera.