Vuelve el hombre
Sarkozy reaparece brevemente, conmociona la política francesa y prepara el escenario de su regreso

"Podéis contar conmigo cada vez que sea necesario"... La cuenta de Twitter de Nicolas Sarkozy, enmudecida desde su derrota electoral ante François Hollande, el 6 de mayo de 2012, se activó repentinamente el lunes pasado. En ese instante, el expresidente se dirigía a la plana mayor de su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), al que el Consejo Constitucional acababa de invalidar las cuentas de su campaña de 2012 por haber sobrepasado en 466.118 euros el tope de gastos. Esa inédita resolución del Consejo —que en otras ocasiones ha sido más clemente— priva a la formación conservadora del reembolso de 11 millones de euros del Estado y la deja al borde la quiebra.
Y ha tenido otro efecto colateral: sacar de su retiro a Sarkozy, que el lunes quiso asumir su responsabilidad y apoyar al partido, ahora metido en colectas populares. Sarko fue recibido como un héroe. La reunión era a puerta cerrada, pero sus palabras circularon por las redes sociales. Algo habló de las cuentas, pero sobre todo habló de Francia y de Europa. Y regañó a sus correligionarios por el espectáculo de división que han venido dando. ¿Vuelve el hombre? No, dice él. Está en plena reflexión sobre “la crisis de las ideas políticas”. Pero nadie le ha creído. En todo caso, ha dejado listo el terreno: ya todos saben que está ahí, dispuesto a sacrificarse por Francia.
Mala noticia para su ex primer ministro, François Fillon, a quien complica sus aspiraciones presidenciales en 2017: según las encuestas, Sarkozy arrasa entre los militantes de la UMP, y su candidatura está bien vista por un 40% de los franceses. Y mala noticia también para el socialista Hollande, en caída libre prácticamente desde que comenzó su mandato.
Con la derecha fracturada y sin rumbo, y la izquierda abandonada por los suyos, hay muchos vacíos que llenar. ¿Cómo no va sentirse Sarkozy el hombre providencial? El lunes apuntó ya la estrategia: unión y apertura. No es de izquierdas ni tampoco se constriñe a la derecha, porque, dice, no es conservador. Sobredosis de centrismo para contrarrestar el avance del Frente Nacional. A ver si eso da resultado. Y remata Sarko: "Cuando vuelva os avisaré". Nótese la conjugación: futuro, no condicional. O sea, que ya lo tienen calentando en la banda.
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