De Guindos y el gobierno de todos... los banqueros
El ministro de Economía y Competitividad, Luis De Guindos, durante su intervención en las jornadas que el Círculo de Economía. /SUSANNA SÁEZ(EFE)
De acuerdo con la información publicada esta semana por el diario El Mundo, el Ministro de Economía Luis de Guindos estaría planteándose vetar en la UE la introducción de la nueva Tasa a las Transacciones Financieras, conocida como Tasa Robin Hood. De confirmarse esta noticia, supondría un cambio completo en la posición que ha mantenido el Gobierno de España hasta ahora. La tasa supone un gravamen del 0,1% a la compra-venta de acciones y un 0,01% a la de productos financieros derivados. En el caso de España, podría generar ingresos de hasta 5.000 millones de euros anuales, de acuerdo con las estimaciones más optimistas.
El asunto sería simplemente idiota si no fuese porque también resulta obsceno. Visto desde la perspectiva de un Gobierno que arrastra un monumental problema de deuda pública, la idea de renunciar a estos ingresos es incomprensible. Si además tenemos en cuenta –como recuerda Intermón Oxfam en una contundente nota de prensa- que este arañazo sobre los capitales es entre 40 y 120 veces más bajo que la puñalada que se ha infligido a las clases medias y bajas con la subida del IVA, la medida puede tener el efecto electoral de un laxante. Porque aquí no hay alemanes tras los que esconderse: lo único que tiene que hacer España es apoyar una medida que ya han aprobado otros diez países europeos.
Desde la perspectiva de la ética y la pedagogía política, el mensaje no puede ser más inquietante. Los ciudadanos españoles consideran –por buenas razones- que quienes provocaron esta crisis y se forraron antes, durante y después de la caída de las instituciones financieras han sido rescatados por el Estado sin que hasta ahora se conozcan consecuencias penales o civiles de alguna envergadura. Mientras tanto, ayuntamientos, comunidades y ministerios recortan servicios públicos y aumentan el desamparo de la población. Cuando, después de una lucha larga y difícil de la sociedad civil, se consigue convencer a estos líderes de una UE incompetente de la necesidad de introducir mecanismos básicos de redistribución como la TTF, que permitirían recuperar parte del gasto perdido contra la pobreza nacional e internacional, al Gobierno español le entran las dudas.
Así que hay que preguntarse de dónde viene este caderazo en la posición española. Y, salvo que el Sr. De Guindos nos explique pronto otras razones, resulta inevitable pensar que el esmerado lobby de la industria financiera está recogiendo frutos. De acuerdo con la información de El Mundo (cuyo título es un testimonio de neutralidad: “Otro ‘hachazo’ de 12.000 millones a la banca”), los banqueros protestan y el Ministro les tranquiliza: “Tenemos la sartén por el mango”.
Cuando el exdirector para España y Portugal del infausto Lehman Brothers fue nombrado Ministro de Economía, algunos pensamos que se vería obligado a comportarse de manera particularmente escrupulosa en lo que se refiere a las relaciones con el sector financiero. Lo que sugiere la información de El Mundo es precisamente lo contrario. De confirmarse, la deslegitimación social de las medidas económicas del Gobierno no podría ser más completa.
“De Guindos, la #FTT a la gente, #aLosbancosNo. Salvemos #tasarobinhood"
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