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Mayo del 68 mata a su padre

Daniel Cohn Bendit, líder de la revuelta estudiantil parisina y eurodiputado verde, se quema con la onda expansiva, avivada por sus rivales, de un libro que escribió en 1975 En sus páginas relata sus experiencias eróticas con menores

Cohn Bendit, en la entrega del premio Theodor-Heuss, el pasado abril.
Cohn Bendit, en la entrega del premio Theodor-Heuss, el pasado abril. MARIJAN MURAT (AFP)

Daniel Cohn Bendit, el líder más famoso de la revuelta estudiantil de Mayo del 68, al que todo París conocía como Dany le Rouge, es hoy un eurodiputado de larga y respetada trayectoria, que llegó al Parlamento Europeo en 1994. Pero aquel joven apasionado también ha perfeccionado un exquisito don para provocar.

Esta habilidad atemorizó a sus rivales políticos, tanto en Francia como en Alemania, y le ayudó a forjar su imagen de hombre rebelde y libérrimo que nunca se callaba las verdades incómodas. Pero la vida da muchas vueltas y ahora, después de cumplir 68 años, Dany le Rouge se ha visto confrontado a un pecado que cometió en 1975, año en que publicó un libro de memorias titulado El gran bazar. En sus páginas reflexiona sobre el trabajo político, los deberes de un revolucionario y, también, sobre lo que se podía experimentar en un jardín de infancia alemán a comienzos de los años 70.

Después de ser expulsado de Francia, Cohn Bendit se instaló en Francfort, donde trabajó como monitor en una guardería alternativa vinculada a la universidad. Su experiencia en ese centro educativo, revelada en el libro, ha cobrado ahora una peligrosa actualidad para el político verde. Fue escrita con la meta poco disimulada de provocar a la conservadora sociedad germana en una época donde florecían las proclamas antisistema y los jóvenes exigían poner fin a todos los tabúes sexuales.

“Ocurrió varias veces que algunos niños me abrieran la bragueta. Reaccioné de diferentes maneras, según las circunstancias, pero el deseo de aquellos niños me planteaba un problema. Yo les preguntaba: ¿por qué no jugáis juntos, por qué me elegís a mí y no a otros niños? Pero si insistían de todos modos, los acariciaba”, relata Dany le Rouge en su libro. “Podía sentir perfectamente cómo las niñas de cinco años habían aprendido a excitarme”.

Cohn Bendit en un mitin de Mayo del 68 en París.
Cohn Bendit en un mitin de Mayo del 68 en París.

¿Daniel Cohn Bendit, un pedófilo? El eurodiputado verde se vio enfrentado a aquel texto que escribió en 1975 el pasado 20 de abril, cuando recibió en la ciudad de Stutgart el importante premio Theodor-Heuss, que se otorga a una personalidad que ha destacado tanto en el terreno social como en el político. El principal orador en el acto debía ser Andreas Vosskuhle, presidente del Tribunal Constitucional alemán, pero días antes de la ceremonia su oficina hizo saber que no asistiría a la ceremonia para evitar que el buen nombre de la Corte pudiera ser asociado con un hombre que había expresado sin vergüenza esa opinión con respecto a la sexualidad entre niños y adultos.

La renovada actualidad del libro El gran bazar despertó en Alemania una furiosa campaña contra el legendario líder estudiantil, y le obligó a renunciar a otro importante galardón en París: el Gran Premio de los Medios francoalemán, que reconoce a aquellos que han destacado en su trabajo para reforzar las relaciones entre Francia y Alemania. Agobiado por las críticas, Cohn Bendit anunció que renunciaba al premio para evitar que fuera instrumentalizado en contra de su partido, pocas semanas antes de las elecciones federales. “Puedo vivir sin este premio, porque sé perfectamente bien lo que he hecho para Francia y Alemania”, dijo Cohn Bendit.

En otro acto en Stutgart, decenas de manifestantes se congregaron para denunciar con pancartas, gritos y abucheos la presencia del famoso eurodiputado. “Nunca abusé de nadie”, dijo Cohn Bendit al iniciar su discurso ante 400 invitados. Las expresiones recogidas en su libro sobre juegos eróticos con niños, dijo, representan una “inaguantable provocación” que jamás debió haber escrito. “Me pueden criticar por lo que he escrito, pero no me persigan por lo que yo no he hecho”, pidió el político, que dijo sentirse “furioso, nervioso y decepcionado”.

Podía sentir perfectamente cómo las niñas de cinco años habían aprendido a excitarme", escribió

Pero el pasado no perdona. La prensa conservadora, entre ella el respetado e influyente Frankfurter Allgemeine Zeitung, recordó en un artículo reciente que Daniel Cohn Bendit había autorizado en su calidad de director de Pflasterstrand, una revista que leían los grupos de izquierda de Francfort, la publicación de varios artículos con un profundo contenido pedófilo, como el que vio la luz en 1978 bajo el titulo Recuerdos de un dinosaurio: “El último año me sedujo una niña de seis años. Fue una de las experiencia más hermosas que haya tenido y con esto no quiero escribir un tratado ni a favor ni en contra de la pedofilia”.

Los jóvenes revolucionarios que se hicieron adultos después de Mayo del 68, es cierto, querían un mundo libre y sin tabúes, donde todo fuera posible, incluso las discusiones sexuales con niños, un pecado de juventud que ahora el partido Los Verdes se apresta enmendar para limpiar su pasado de la pesada carga que arrastran sus fundadores. Pero en la conciencia colectiva germana, y también francesa, aún se recuerda la participación del joven Cohn Bendit en un talkshow de la televisión francesa en el año 1982 y que ahora se puede ver en You Tube gracias a la iniciativa de sus críticos, entre los que cuentan importantes líderes de la CDU, CSU y el partido Liberal. “La sexualidad de un niño es algo fantástico”, decía en el vídeo. “Es divino ver como se desuna una niña de cinco años, porque es un juego. Un gran juego erótico”.

Daniel Cohn Bendit tenía 13 años cuando abandonó París y sus padres decidieron matricularlo en un internado de elite progresista, la Odenwaldschule. Un año después moría su padre y tres años después, su madre. “Como huérfano, la escuela era para mí el único hogar”, dijo el político cuando el semanario Die Zeit le interrogó sobre el oscuro pasado del internado, donde se destapó un escándalo de abusos sexuales repetidos a alumnos. El escándalo estalló en la primavera de 2010 y Cohn Bendit negó ante Die Zeit, en marzo de ese año, haber conocido detalles de los abusos durante sus días en el internado, donde permaneció hasta 1965. Pero admitió que en la escuela reinaba una atmósfera promiscua que tenía sus raíces en la liberación sexual. “Nunca percibí nada”, admitió ante el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung, un medio que le recordó que en el internado más de 100 alumnos habían sido víctimas de pederastas.

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