Creados para destruirse
Se dice que las cosas de antes duraban más, esto no ocurre por casualidad sino debido a un fenómeno denominado “obsolescencia programada” que consiste en el acortamiento de la vida útil de los productos. Esta planificación es usada por diferentes empresas para conseguir el mayor beneficio posible, ¿qué mejor manera de conseguirlo?
Pero ¿es esto ético? Al fin y al cabo las empresas se están aprovechando del desconocimiento de los consumidores y no venden lo que anuncian, calidad. Se podría hablar hasta de una estafa porque los consumidores desconocen que estas empresas les exprimen el dinero haciendo que se desechen productos que aún podrían ser útiles para adquirir nuevas versiones que también se estropearán. Esto también repercute sobre el medio ambiente porque se necesitan más recursos para generar más productos nuevos de corta duración. Las multinacionales que generan productos a gran escala deberían apostar más por la calidad, y menos por la obsolescencia programada ya que, en cierta manera, estafan a los consumidores y dañan a la naturaleza.— Alberto de Arévalo.
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