Víctimas de primera y de segunda
¿Todos valemos lo mismo? ¿O depende del país donde naces? No es la primera vez que me hago esta reflexión, pero se ha instalado en mi cabeza desde el fatídico atentado de Boston. Desde que estallaron las bombas, esta ha sido la noticia que ha abierto noticiarios en televisión y radio y portadas en periódicos. No quiero restar importancia a un acto tan vil y despreciable, pero su repercusión mediática no es equiparable a la de sucesos similares en otros países. Coches bomba, suicidas o simples masacres acaban con la vida de decenas o centenares de personas, pero eso ya no es noticia. ¿Por qué? ¿Cómo hemos llegado a priorizar unas víctimas por encima de otras? Solo soy capaz de encontrar dos respuestas. La primera es que de verdad creemos que hay personas que valen más que otras por su país de origen o su proximidad cultural. La segunda es que la prensa no habla de lo que ocurre, sino de lo que les da más audiencia y por lo tanto más dinero, convirtiendo la realidad en una mercancía. Las dos me parecen el síntoma de una sociedad egocéntrica y decadente.— Marc Cebrià Fondevila.
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