Escraches: precisión histórica
Los escraches no nacieron en 1995 tras la dictadura argentina, sino en 1971, durante la caza de asesinos nazis al finalizar la II Guerra Mundial.
Serge y Beate Klarsfeld, él un abogado francés de origen judío y ella la hija de un soldado del ejército alemán, descubrieron el domicilio del oficial de las SS Klaus Barbie, el carnicero de Lyon, en Bolivia, así como los domicilios alemanes donde vivían plácidamente Kurt Lischka, Herbert Hagen y Ernst Heinrichsohn, el primero jefe de la Gestapo, el segundo jefe de las SS y el tercero guardia feroz de un campo de concentración en Francia. Acudieron con cámaras a la puerta de estos domicilios y hubo supervivientes de los campos de concentración protestando encadenándose a la fachada de esas casas. Consiguieron así que todos estos nazis fueran juzgados y condenados.
Las señoras Cospedal y Cifuentes, quienes, con razón, exigen moderación a las personas que practican los escraches, deberían aplicar esa moderación a su lenguaje cuando llaman nazis a esas personas.— Roberto A. Pazo Cid.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.