¿Apoyo a emprendedores?

Me he interesado en abrir una heladería, cafetería o bocatería. Me han informado en el Ayuntamiento que debo aportarles un estudio acústico en el que, previo a los trabajos de insonorización necesarios en el local, se acredite el cumplimiento de la Ley 7/2002 de Protección contra la Contaminación Acústica. En términos económicos, cumplir solo el requisito de insonorización que busca evitar las posibles molestias ocasionadas a los vecinos por los clientes sentados dentro del local, supone un gasto de 20.000 euros para un local de 100 metros. Confidencialmente me han dicho los técnicos que puedo omitir ese gasto, pero me han añadido “siempre y cuando nadie se queje”.

Me pregunto por qué la ley es tan estricta con posibles ruidos en un local cerrado y a la vez permisiva. ¿Conoce alguien una terraza en la calle insonorizada y con doble puerta? Como entiendo que debe serlo con que se saquen mesas a la calle, sin ningún tipo de insonorización, protegidas con cuatro toldos o a veces ni siquiera eso.

Si con normativas tan complejas y caras no se está fomentando que cualquier empresario se las salte con el riesgo que supone estar en la ilegalidad. ¿No sería mejor que si alguien grita o alborota, dentro o fuera del local, se avisara simplemente a la policía para poner orden?

En un momento de falta de inversiones y tasas de paro alarmantes, ¿no habrá llegado el momento de imponer racionalidad y simplificar al conglomerado de leyes que pretenden regularlo todo y acaban desmotivando u obligan a estar fuera de la ley?— Joan-Pasqual Enrique Carbonell.