Desmotivación del profesorado

Soy el esposo de una profesora y quiero denunciar las presiones que sufren algunos profesores que intentan hacer su trabajo lo más dignamente posible. Profesionales que acuden cada día a sus institutos deseando transmitir conocimientos al alumno, tarea ardua y complicada en los tiempos que corren.

La desmotivación del profesorado es patente (es el colectivo de más bajas laborales por depresión), debido a la falta de respeto de los alumnos, la desposesión de autoridad promovida por las leyes, así como ser la diana favorita de los padres que tienen hijos tarugos. Ya solo faltaba que algunos equipos directivos de los centros presionaran a los docentes para influir en las calificaciones, con esto cerramos el círculo y, en estas condiciones, no me extraña que el camino hacia el Prozac esté garantizado.

El resultado perverso de esta concepción es la frustración, decepción y desmotivación de aquellos buenos alumnos que observan que su esfuerzo y disciplina no son recompensados y se equiparan a la vagancia de otros compañeros. Aparte de ser un claro agravio comparativo y un atentado a la igualdad y al esfuerzo de los alumnos que estudian, pedirle a un profesor que le suba la nota a alguien que ha sacado un cero es pedirle a un profesional que cometa un delito llamado prevaricación. Pero tal vez para los que nos gobiernan eso no tenga importancia, ya que lo que hoy luce son las apariencias en lugar de la esencia.— Luis Fernández Cabañas.