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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

La Oriental y los libros africanos

No hace mucho, en este mismo espacio, Lola Huete Machado publicaba una entrada titulada Pasajes, lágrimas y semillas, donde hablaba del escritor yibutiano Abdourahman A. Waberi y, a partir de él, hacía un pequeño recorrido por la literatura africana o libros que hablan del continente. Todo esto me hizo recordar uno de los problemas con los que me encuentro cada vez que estoy en Madrid (e imagino que será lo mismo en el resto de España) y que pone de manifiesto el poco interés que existe por todo lo que pueda venir de África (aparte de lo exótico y folclórico): la dificultad de acceder a libros de autores africanos, traducidos al castellano o en su idioma original. Además, el poco material que existe es difícil de encontrar.

Cuando no se puede vivir largo y tendido en un país, ¿qué mejor forma de conocerlo que a través de los libros, de sus historias, de sus autores? Pero, ¿dónde buscarlos? En varias de las grandes tiendas del ramo se pueden conseguir algunas obras traducidas al castellano por grandes editoriales. Otras tienen un apartado dentro de la sección de ciencias políticas dedicada a África, pero es difícil encontrar una dedicada en profundidad a la literatura africana. Sin embargo, no hace mucho, paseando por el bario de Lavapiés en Madrid, descubrí por casualidad una librería especializada en África, se llama Oriental y está en la calle Mira el Sol 14.

Traspasé la puerta y mis ojos cayeron en una joya, la nueva edición del libro del escritor marroquí Mohamed Chukri, traducido ahora como El pan a secas y publicado por Cabaret Voltaire. Estaba sobre una pequeña estantería, junto a dos o tres obras más, una especie de recomendaciones, a la derecha nada más traspasar el umbral. Ahora me entero, buscando enlaces para esta entrada, que Chukri no era extraño a Lavapiés y que hubo un tiempo en el que se le podía encontrar sentado en algún café de la calle Argumosa. Por eso, a lo mejor, mi encuentro con su libro no fue casual. Sobrepuesto de la primera sorpresa, mis ojos descubrieron toda una serie de estanterías cargadas de cientos de libros escritos por autores africanos: novelas, ensayos, poesía, teatro, política, tratados… tanto en idioma original como traducciones.

El nombre del establecimiento no parece muy africano y le pregunté a su dueño, Rodrigo Rodríguez, el porqué. Él me explicó que cuando abrió el negocio, en diciembre de 2007, se trataba de una librería especializada en Oriente, es decir Asia y mundo árabe. Es de lo que más conoce, me asegura, con la timidez que le caracteriza. Apasionado desde siempre por la cultura china y japonesa le resultaba difícil encontrar libros de esos países. Tenía que saltar de sección en sección por las librería tradicionales para conseguir los escasos volúmenes que aparecían en España, por eso decidió concentrar lo más posible de lo que se escribía en y sobre esa parte del mundo en un solo lugar, tanto lo traducido como lo publicado en idiomas originales.

Algunas personas, al ver que había libros sobre el Magreb, preguntaban por otros relacionados con África subsahariana. Rodrigo se dio cuenta de que no existía en Madrid una librería especializada en esa región y por eso, en 2009, decidió emprender una nueva ventura. Así, poco a poco, fue llenando las estanterías de la mitad de su pequeña tienda de libros provenientes o relacionados con esa parte del mundo.

Recorremos los estantes, ordenados por países y por temas, mientras me comenta que tiene que rastrear revistas y catálogos para encontrar cada uno de los libros que exhibe allí. Habla de la dificultad de conseguirlos y de lo caro que resultan. Gracias a Google ahora se puede hacer una visita virtual a la librería.

En los últimos meses algunas editoriales que estaban traduciendo libros de autores africanos han suspendido sus actividades debido a la crisis. Tal es el caso de Alpha Decay que no hace mucho tuvo que cerrar su colección africana que según me cuenta su director, Enric Cucurella, traducía al castellano autores africanos para dar visibilidad a una literatura que casi invisible en nuestro país. “La selección consistió en publicar grandes clásicos de la literatura africana, como el indispensable Ahmadou Kourouma, que fue responsable de renovar la literatura de su país; y combinarlo con autores del momento, como el mordaz Alain Mabanckou. De ambos autores publicamos dos libros, incluyendo la novela póstuma de Kourouma [Cuando uno rechaza dice no] y el muy divertido Memorias de Puercoespín”.

La idea no está abandonada; es posible que se retome como me escribe Cucurella: “Aún tenemos la esperanza de poder retomar el proyecto, no necesariamente con una colección propia, pero sí poder incluir autores africanos en nuestra actual colección de narrativa, Héroes Modernos”.

La crisis también parece afectar a algunas de las colecciones en las que colabora Casa África. Hablo por teléfono con Estefanía Calcines, directora de la Mediateca y coordinadora de las Colecciones de Casa África. Me comenta cómo los recortes presupuestarios están obligando a reducir el número de publicaciones. Las principales colecciones con las que cuentan son:

  • La de Literatura, que hasta hace poco se publicaba en colaboración con Ediciones El Cobre-El Alpeh, traduce al castellano algunos de los títulos más relevantes de la literatura africana, tanto de los escritores ya consagrados como de los que están emergiendo. Los ajustes económicos ha conducido al cese de la colaboración, sin embargo, Casa África seguirá editando, al menos, un libro al año perteneciente a esta iniciativa. Me adelanta Estefanía que el próximo será el libro del autor ghanés Ayi Kwei Armah, The beautyful ones are not yet born.
  • En colaboración con la Editorial Los Libros de la Catarata publica la colección de ensayos. Esta tiene por objetivo dar visibilidad al conocimiento de los pensadores, escritores y teóricos africanos y africanistas. Aquí aparece también el Premio de Ensayo que cada año convoca Casa África para fomentar la investigación y la difusión de conocimientos sobre temas africanos. Esta colección no sufrirá muchos cambios y el ritmo de publicación será más o menos el mismo, me comenta Estefanía.
  • Tampoco afectarán mucho los recortes a la colección de historia, que apoya la publicación de textos integrados en la Biblioteca de Estudios Africanos de Ediciones Bellaterra, dirigida por Albert Roca.

En esta lista tampoco podemos olvidar a la Editorial Ediciones del Viento que está publicando los libros de los primeros exploradores y expedicionarios de África, documentos históricos muy necesarios para conocer los inicios de la colonización de África, entre otras cosas.

Volviendo a la librería Oriental, le pregunto a Rodrigo qué tipo de personas se interesan más por los libros africanos y me contesta que principalmente son estudiantes universitarios, vecinos, viajeros que buscan algo más que una guía de viajes y alguna chica que esté aprendiendo Wólof, el principal idioma hablado en Senegal. Son muchos los africanos provenientes de ese país que habitan en Lavapiés por eso quiero saber si alguno de ellos se interesa por la literatura africana, me responde Rodrigo que pocos, quizás alguno que esté aprendiendo castellano y busque algún libro senegalés que también contenga el original en francés junto con la traducción.

La lista de libros más vendidos de la librería está encabezada por Kapuściński, con Ébano y El Emperador, a continuación vendría Todo se desmorona, de Chinua Achebe, seguido de Kaidara de Ahmadou Hampaté Bá.

Mientras me los enumera, descubro en los estantes algunos de mis libros favoritos como El brujo del cuervo de Ngugi wa Thiong’o, Tierra sonámbula de Mia Couto, Amkoullel, el niño fulbé de Amadou Hampaté Bá, veo libros de Aminatta Forna, de Paulina Chiziane… Pero al preguntar a Rodrigo por son sus obras favoritas de autores africanos, descubro que él se inclina hacia el norte del continente porque me cita El don del vacío del poeta marroquí Mohammed Bennis y En el café del argelino Mohammed Dib.

Son muchos los autores que transitan en el reducido espacio de la librería Oriental, por eso recomiendo visitarla y si no fuera posible, al menos echar un vistazo a su impresionante página.

Fotos: Librería Oriental/Google

Comentarios

Gracias por la información.
En mi caso, Esperando el voto de las fieras y los soles de las independencias de Kourouma es por ahora la mejor literatura africana que he leído. También el niño fulbé de Hampaté Ba. De los senegaleses, la aventura ambigua, y también Excellance vos epouses (aunque este no está traducido). Boris Boubacar Diop o Henry Lopes autores también interesantes traducidos por Casa Africa, Y si quieren leer una magnífica novela negra, El caso Sankara, del grancanario-tangerí, Antonio Lozano, editada en Almuzara, es muy buena.
Hay que pelear por este tipo de librerías, también por las editoriales que se salen del camino manido, siempre que voy a Madrid la visito.
Gracias por la información.
En mi caso, Esperando el voto de las fieras y los soles de las independencias de Kourouma es por ahora la mejor literatura africana que he leído. También el niño fulbé de Hampaté Ba. De los senegaleses, la aventura ambigua, y también Excellance vos epouses (aunque este no está traducido). Boris Boubacar Diop o Henry Lopes autores también interesantes traducidos por Casa Africa, Y si quieren leer una magnífica novela negra, El caso Sankara, del grancanario-tangerí, Antonio Lozano, editada en Almuzara, es muy buena.
Hay que pelear por este tipo de librerías, también por las editoriales que se salen del camino manido, siempre que voy a Madrid la visito.

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