¿El fin del bipartidismo?
El último sondeo en intención de voto que se ha dado a conocer estos días pronostica una fuerte caída del PP y un estancamiento del PSOE, que sigue sin levantar cabeza pese a la que está cayendo.
Por el contrario, los grandes beneficiados por los casos de corrupción que vamos conociendo un día sí y otro también son las formaciones políticas hasta ahora minoritarias como IU, ERC o UPyD, quizá porque hasta ahora no han gobernado.
Es triste decirlo, pero la clase política está desprestigiada. Lejos de reprender acciones como la que hemos conocido estos días con el presunto cobro de sobresueldos en B en la cúpula del PP y que implican directamente al presidente del Gobierno, ni se actúa, ni se asumen responsabilidades.
El PSOE, que ahora pide la dimisión de Rajoy, también miró hacia otro lado cuando los casos de corrupción salpicaban de lleno al partido. ¿Qué legitimidad moral tiene ahora Rubalcaba para pedir la dimisión de Rajoy, cuando tampoco él ha depurado ninguna responsabilidad entre los suyos? Ninguna.
Muchas preguntas y ninguna respuesta.
¿Qué hace todavía Ana Mato como ministra de Sanidad y no se le ha exigido la dimisión de forma inmediata o se le ha cesado, cuando hay pruebas más que suficientes que confirman que recibió regalos de la trama Gürtel? ¿Por qué no se actúa de manera decidida y contundente contra los casos de corrupción? ¿Cómo es posible que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no haya comparecido todavía en el Parlamento para dar una explicación de los gravísimos hechos que se van conociendo sobre el caso Bárcenas?
Declaraciones a puerta cerrada y sin periodistas. ¿Dónde se ha visto algo igual? ¿Es esta la imagen que queremos exportar al exterior?— Patricio Simo Gisbert.
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