La reina africana trabaja de secretaria en Washington
Peggielene Bartels heredó el trono de su pueblo, Otuam, y lo ejerce desde EE UU
Ni un cuento de hadas podía tener un mejor final. Peggielene Bartels, de 59 años, pasó de ser secretaria en la embajada de Ghana en Washington, a convertirse en “rey” de Otuam, un pequeño pueblo pesquero del país africano, de la noche a la mañana. Su vida cambió en el verano de 2008, mientras dormía plácidamente en su pequeño apartamento del estado de Maryland. “El teléfono no dejaba de sonar”, recordó la semana pasada la mujer en CNN, “era mi primo desde África diciéndome que había heredado el trono de la localidad natal de mis padres”.
Bartels pensó que se trataba de una broma. “Le contesté que eran las cuatro de la mañana y que me dejara dormir”. Pero de chiste, nada. El rey de Otuam, su tío, acababa de morir, y ella era uno de los 25 herederos que podían acceder al trono por parentesco. “Me contó que había sido elegida por la gracia divina. Que era yo la que debía gobernar el pueblo, que cuenta con 7.000 habitantes”, explicó.
“Nunca pensé que algo así pudiera pasarme. Me he dado cuenta de que todos estamos en esta tierra con un fin. Para mí, conocer las necesidades de mi pueblo me ha ayudado a darme cuenta de que se puede influir de forma muy positiva en la vida de los demás”, contó en otra entrevista al británico Daily Mail.
Bartels accedió al trono en 2008, y lo hizo como la primera mujer en gobernar Otuam, por lo que sus compatriotas se refieren a ella como “el rey Peggy”. Ahora, su nombre es Nana Amuah-Afenyi VI. Hasta tiene un libro a sus espaldas, titulado El ‘rey’ Peggy: Una secretaria americana, su destino real y la inspiración que la llevó a cambiar la vida de un pueblo de África, y escrito por la autora Eleanor Herman. Pronto también habrá una película, ya que Will Smith ha comprado los derechos de la obra y, según ha contado la propia Peggie, Queen Latifah estará encargada de encarnarla.
En el texto, los más ancianos de Otuam recuerdan con cariño sus visitas de niña y adolescente junto a su madre. Aunque sus padres son originarios del pueblo, ella estudió en Inglaterra y en 1975, cuando tenía 22 años, decidió emigrar a EE UU, donde obtuvo la nacionalidad en 1997. Está tan contenta con su vida estadounidense, que, a pesar de su nueva posición, sigue viviendo en Maryland, en el mismo apartamento; lavándose la ropa, cocinando y no ha abandonado su trabajo en la embajada. Aunque al mismo tiempo, hace una labor transatlántica (entre África y América) que está siendo muy fructífera.
De momento, ha mejorado las escuelas de su reino y ha conseguido que una iglesia de Maryland patrocine un programa universitario del que se benefician 30 personas de Otuam. Tiene previsto edificar tres pozos en la aldea para proporcionar agua potable a sus habitantes; ha conseguido mantener sostenible la agricultura local y está ahorrando para conseguir renovar su palacio.
Para la nueva reina, el papel de las mujeres en su pueblo es fundamental, en parte porque ella y su marido no pudieron tener hijos y su nueva posición ha sacado a la luz su instinto maternal. “Mis modelos son la reina Isabel II de Inglaterra y Hillary Clinton”, sostuvo en una entrevista. De momento, ya ha organizado programas universitarios para mujeres, a quienes asegura estar enseñando que deben perseguir metas “más amplias que quedarse embarazadas”.
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