Afán represivo

Ni que decir que las personas más críticas con el sistema nunca lo hemos tenido fácil, pero en los últimos meses el afán represivo del Gobierno no encuentra limites. Son cientos las multas por causas como repartir octavillas, hablar por megáfonos o protestar a la puerta de los bancos. Mientras para estos últimos, los culpables de la estafa todo son facilidades, para los que protestamos, todo son multas de 300 o 500 euros, detenciones y golpes.

Entre estos últimos me cuento. Varias sanciones llevo ya de la subdelegación. Trescientos euros por repartir octavillas a la puerta de Bankia, 300 por hablar en contra de los desahucios, 300 por criticar a los políticos...

Ahora quieren penalizar la solidaridad con los inmigrantes indocumentados. Pues bien, por encima de sus leyes represoras e inhumanas, está la conciencia e incluso la Constitución, y a ellas me someto. Seguiré protestando ante los bancos y ante los recortes, y seguiré apoyando y ayudando a todas las personas que me necesiten sin mirar sus papeles, y haré por ellos todo aquello que me gustaría que hicieran por mí si algún día lo necesito. La represión tendrá fundamento legal, pero mi conciencia y mi corazón están, han estado y siempre estarán por encima de sus leyes miserables e injustas.— Ana María Rueda Alegre.