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Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

Un lugar para vivir

Anatxu Zabalbeascoa

Una residencia antes de una clínica. Esa fue la idea que desde el principio barajaron los arquitectos Jorge Roa, José Carlos Rico y Antonio J. Robles para ampliar el Centro de Disminuidos Psíquicos de Alcolea (Córdoba). Con ese objetivo, los proyectistas tuvieron también claro que la ubicación de su ampliación sentaría las bases de la relación entre el nuevo inmueble y el lugar y, por lo tanto, también el cariz de la relación entre los usuarios del centro y el paisaje circundante.

Así, una de las primeras decisiones fue la de evitar proponer una ampliación al uso, es decir sumándose literalmente, puerta con puerta, medianera con medianera, al centro existente. Los arquitectos dirigieron sus esfuerzos a buscar el lugar idóneo. Y propusieron asentar el inmueble en el mejor mirador sobre el valle de Alcolea, con la Sierra de Córdoba al Norte, con vistas sobre Guadalbarbo al Este y con el edificio existente al Oeste, protegiendo esta ampliación del exceso de sol.

La mirada desde el nuevo edificio debía ser balsámica, una herramienta terapéutica. Por eso el centro se despliega en el monte. Busca huir de la introversión que supone cruzar miradas sobre el patio de un edificio contenido. Y, en lugar de recogerse se despliega: extiende sus brazos para ofrecer horizonte a todos sus usuarios.

Los arquitectos cuentan que ha sido la topografía la que ha generado la organización del edificio. Un gran prisma se posa sobre el terreno aprovechando los desniveles para ubicar diversos usos: una planta de acceso para los visitantes y las instalaciones y una segunda planta libre, convertida en mirador. Aquí, muchos de los usuarios, con problemas para desplazarse, comprueban cómo la arquitectura puede ayudarles en ese esfuerzo.

Los dormitorios ocupan tres brazos en el nuevo edificio y conectan con el volumen central que organiza los recorridos. Cada módulo tiene un solárium. Pero los materiales de las fachadas, a veces ventiladas y otras no, varían entre el hormigón polimérico, los paneles de aluminio y las places de porcelánico. La idea es que no solo el volumen responda al paisaje. Se trata de responder con el edificio entero, desde su forma hasta su materialidad. El objetivo, como dijimos, es un lugar para vivir. Una casa puede curar más que un hospital.

Coste según arquitectos (P.E.M.): 970€ m2 (incluida urbanización)

 



Comentarios

Permítame una sola corrección sobre su artículo, la dirección correcta de la página del estudio es esta http://www.tarquia.com/Muchas gracias
Gracias Álvaro. Me ha avisado Jorge de que el enlace era a un antiguo blog y lo he cambiado ya. Saludos
jorge.. han hecho un edificio fantastico,,donde naturaleza y artificio se funden en un solo acto,uno le nutre al otro y viceversa..felicitaciones!
en la primera foto parece que la edificacion invade la carretera ¿cumple linderos con dicha carretera?
Hola Chus.No es una carretera. Es un viario interno que da servicio a todo el complejo del centro de discapacitados.
Como bien dice el título del artículo, un buen lugar para vivir, donde naturaleza y arquitectura van de la mano.
En nuestras fabulosas escuelas de arquitectura con frecuencia se fomenta una conceptualización extrema del proyecto. Así la arquitectura empezaría con unas complejas questiones teóricas o estilísticas (pueden ser desde revisiones de las teorias de los situacionistas, a nuevos paradigmas sobre el espacio derivados del diseño paramétrico...). Pero cuando hay que construir algo aparece un incómodo invitado para algunos: la realidad Aparecen el lugar, los usarios, etc. Cosas, todas ellas mucho mas palpables que las teorias de las aulas. El arquitecto hace cosas concretas en un mundo concreto, y creo que lo mínimo que se le puede pedir es que parta de algo que es "verdad". Pero no una verdad analítica, conceptual, sino una verdad de las que se sienten en el estómago. Me gusta que el taller rico+roa cuente este proyecto desde la topografía (con ella no hay dialéctica seductora vacua que nos pueda engañar), pero sobretodo me gusta que también lo cuenten desde la mirada al horizonte de sus usuarios. No es difícil imaginar un cierto laberinto interior en quienes vivan en este espacio. Lanzar sus miradas hacia el horizonte es una de esos gestos sencillos llenos de "verdad" que puede tener un arquitecto. Ya decia Alain que si quieres estar feliz, simplemente "Mira a lo lejos"
Gracias por los comentarios. Ha sido una obra muy especial para nosotros. Saludos a todos!

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