Locos del café
Y no solo clientes de la ciudad, sino extranjeros de todas partes, incluidos australianos. “En febrero” me dijo Patricia al despedirme, “nos han invitado a Melbourne y Sydney para rodar un documental sobre café y bicicletas” Asombroso. Se divierten tanto divulgando la cultura del café que consiguen contagiar su entusiasmo.
Como es lógico innovan con las mezclas con las que consiguen el sabor, el cuerpo y el retrogusto que pretenden. Cuando les conocí me dijeron que utilizaban una mezcla de cafés de Brasil, Colombia y Nicaragua y obtenían resultados excelentes. Ayer me hablaron del “blend Malasaña” que están a punto de lanzar, una mezcla de Guatemala Antigua y Etiopía Sidamo. También me anunciaron que andan ensayando con café y wasabi por encargo de David Muñoz para su restaurante Diverxo.
Recuerdo que en octubre les escuché decir que les gustaban los cafés de tueste medio y medio/alto. Ayer creí entender que intentan rebajar el tiempo de tostado. Cambio de criterios. Evolución constante.
Lo curioso es que a la hora de elegir cacharros para hacer estas infusiones Alda y Rigoni están divididos. A ella le entusiasma el AeroPress cafetera de émbolo con un filtro de papel, fácil de transportar. A él la Kemex, que es una jarra de vidrio con un filtro especial que retarda el paso del café y consigue preinfusiones. “Increíble ver la reacción de la gente cuando se da cuenta que un mismo origen sabe diferente según la forma de preparación empleada”, afirma Santiago.
De regreso al despacho fui pensando en varias cosas: ¿cuándo desterraremos el torrefacto en España? ¿Cuándo dejaremos de importar de forma masiva cafés robustas no lavados de Vietnan y Uganda, las peores calidades? ¿Cuándo habrá especialistas en los bares que sepan tratar el café como es debido? ¿Cuándo nos daremos cuenta que comprar el café molido es como adquirir una botella de champagne ya descorchada? Cuanta cultura pendiente alrededor de una bebida cotidiana... En twiter:@JCCapel
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