Domenico Dolce y Stefano Gabbana, a la espera de sentencia
Los diseñadores son juzgados en Milán por un fraude fiscal El fisco les reclama alrededor de 1.000 millones de euros
El juicio contra Domenico Dolce y Stefano Gabbana, dos de los diseñadores más famosos del mundo, comenzó hoy en la corte de Milán. Tras años de recursos y más recursos en los tribunales, el Supremo cree que hay indicios suficientes para llevar a los modistos a juicio. No opinan lo mismo los creadores, que no acudieron a la cita con la Justicia y dejaron en manos de su abogado, Massimo Di Noia, su defensa. La acusación sostiene que Dolce y Gabbana falsearon su declaración de la renta para evitar cada uno pagar al Estado 416,8 millones de euros. En abril, un juzgado de Milán desestimó el caso por no haber pruebas suficientes. Sin embargo, el Tribunal de Casación (el equivalente al Supremo español) revocó la decisión y ahora juzga el caso. Di Noia niega los hechos. El juez se pronunciará el próximo día 14 de diciembre.
Al saberse acusados de fraude fiscal, los creadores de Dolce&Gabbana recibieron con indignación la noticia. Stefano Gabbana se ha desahogó en Twitter: "Ladrones!!!!!! No saben cómo hacer para quitarnos el dinero. Es verdad lo que se dice de que en Italia hacen lo que quieren a su gusto". Y añadió: "Quizás sería mejor marcharse de este país". En otro mensaje, ya en un tono más tranquilo, Gabbana aseguraba que sentía lástima por los 5.000 trabajadores de su empresa. Sus palabras provocaron una encendida polémica en la red.
Hoy en Milán, la fiscal Laura Pedio alegó que el dúo vendió Dolce & Gabbana a una sociedad que creó en Luxemburgo en 2004 con el fin de evitar el pago de impuestos en Italia, donde las tasas son de las más altas del mundo. "Todo el mundo sabe que no hemos hecho nada", dijo Gabbana cuando el tribunal de Milán ordenó la apertura de juicio. Otras seis personas, incluyendo un asesor fiscal, también están acusados por este caso. Si los diseñadores son declarados culpables se enfrentan a una pena de hasta cinco años de prisión.
En otros casos similares en los que famosos han sido llevados a los tribunales por fraudes fiscal al final se han llegado a acuerdo para evitar largo procesos y cuantiosas multas. En 2000, el fallecido tenor Luciano Pavarotti pagó 12 millones en impuestos atrasados tras una disputa judicial que duró cuatro años. El futbolista Diego Maradona debe unos 38 millones de euros en impuestos a las autoridades italianas. Mientras que el ex campeón mundial de MotoGP Valentino Rossi acordó pagar 51 millones a la agencia tributaria de Italia en 2008 después de una batalla en los tribunales.
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