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Se observa mucha actividad en el aula. Los estudiantes se mueven libremente desde la 'zona de pruebas' (el vestíbulo del edificio donde se encuentran los talleres de Tecnología) a las mesas de ordenadores, donde elaboran las rutinas de programación para sus robots.

Llevan varias semanas trabajando y quieren que todo funcione correctamente, que no se les 'vaya de las manos' y que, por no haber tenido en cuenta algún detalle, el resultado 'de al traste' con el proyecto y las expectativas depositadas.

Uno de los equipos se encuentra en la 'zona de pruebas' con su robot. El funcionamiento no es el esperado. Vuelven a la mesa y modifican el programa informático, tratando de solucionar el problema detectado. Hablan entre ellos y proponen diferentes opciones. Quieren descubrir porqué aún no han conseguido que 'el robot detecte la lata'.

¿Latas y robots? ¿Trabajar en el vestíbulo? Es una clase en la que los estudiantes están realizando las últimas pruebas antes de participar en 'Robocampeones'. Un concurso que ya conocen; se lo contaron los compañeros del año pasado. No ganaron ninguna prueba, pero este año están seguros de conseguir el reconocimiento que se merecen.

Desde hace cuatro años, el profesorado del departamento de Tecnología del IES Sefarad incorpora la robótica en su programación. Buscan un entorno educativo propicio para que el estudiante aprenda a resolver problemas técnicos con creatividad, utilizando habilidades de razonamiento lógico, de experimentación con equipos tecnológicos, y desarrollando una secuencia de investigación: planteamiento del proyecto, planificación de las tareas, organización del trabajo, indagación y búsqueda de información, diseño y construcción del robot, programación informática de su funcionamiento, análisis de resultados, evaluación de logros, corrección de errores y solución final................ .................... ..................

El profesor observa el trabajo de cada equipo, anota y dialoga con cada estudiante, trata de entender el proceso cognitivo, actitudinal y relacional que cada uno ha desplegado y, al final, comenta sus observaciones con todo el grupo. No hace exposiciones para toda la clase; trata de desempeñar un papel de supervisor y guía de la labor de cada equipo y de cada alumno al tiempo que va construyendo y modulando su propio aprendizaje, hasta llegar a resolver el problema planteado.

Suena el timbre, pero los equipos están tan enfrascados en su tarea que casi no se han enterado.

- ¿Nos podemos quedar un rato más, profesor?

- Hoy no, después hay otra clase. El tiempo por hoy ha terminado.

Mañana seguirán trabajando en su proyecto. Nuestro propósito está cada día más cerca...

La lectura de este 'post' nos recuerda una cita de Deborah Meier (Investigadora senior en la Escuela Steinhardt de Educación de la Universidad de Nueva York) en uno de sus textos más contundentes: The power of their ideas: Lessons for America from a small school in Harlem, en la que plantea como...

"La enseñanza no consiste en hablar y el aprendizaje en escuchar. Lo que puede suceder, más bien, es que la enseñanza consiste fundamentalmente en escuchar, y el aprendizaje, por su parte, en hablar, contar..."