El espacio público como ágora
FOTO: CE-EAUM
Las arquitectas portuguesas Maria Manuel Oliveira, Maria Joâo Cabral y Ana Jotta están convencidas de que los ciudadanos podemos cuidar las ciudades en lugar de destrozarlas. Ese sentir las llevó a favorecer un uso urbano cotidiano frente al turismo estacional, a defender la reinterpretación del patrimonio frente a la museización de la ciudad y a valorar la memoria de los lugares frente a las tradiciones que se van sucediendo cuando idearon el proyecto para renovar el límite del casco antiguo de Guimarâes, al noreste de Oporto. Al intervenir en la zona de la muralla medieval decidieron hacer de un recorrido por ese territorio fronterizo y diverso un ágora símbolo de una sociedad progresivamente multicultural. Y para semejante ambición empezaron trabajando el suelo.
Trabajar el suelo es indagar en la historia. También implica regular la movilidad. Las arquitectas lusas idearon este proyecto tomando partido en favor de los peatones. Ese punto de partida constituye, en sí mismo, una idea de ciudad. Así, la antigua calzada de basalto y cuarzo dibuja ahora el suelo de la Praça do Toural. También la antigua fuente renacentista ha regresado a su emplazamiento original en esa plaza. Cuidar el patrimonio como propio es la mejor protección, parecen pensar las autoras. También se deduce que, para ellas, el museo del siglo XXI debe ser la ciudad.
Más allá de este espacio peatonal, el proyecto -que fue seleccionado en la VIII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo- comprende la peatonalización progresiva de la Rua Santo Antonio y también la transformación de la Alameda de Sâo Dâmaso en un bosque transitable y accesible para descansar, jugar, pasear y hacer de los árboles un fragmento de naturaleza urbana. La idea que hay detrás de esta intervención es de reconquista ciudadana y también vegetal. Que los ciudadanos y la naturaleza recuperen su espacio protagonista en la ciudad dibuja otro tipo de ciudades que, como demuestra este proyecto, pueden hacerse con las viejas y con más cuidado que piqueta.
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