Pensionistas y copago

Mientras los jubilados esperamos la decisión del Gobierno sobre la revalorización de nuestras pensiones, la Comunidad de Madrid nos anuncia un nuevo re-copago sobre las recetas. Se nos dice que con la medida “solo” se recaudarán 83 millones al año, porque no responde a “un afán recaudatorio, sino que tiene más bien un carácter disuasorio”, porque “los madrileños acumulan 45 millones de medicamentos en sus casas”. Como pensionista, y como médico que ha trabajado para la sanidad pública durante 35 años, hago las reflexiones y preguntas siguientes:

- ¿Es consciente la Comunidad de que los pensionistas consumimos el 77,4% del gasto total en farmacia y que, por consiguiente, saldrán de nuestros bolsillos 65, de los 83 millones de euros previstos?

- Si a esto unimos el copago ya vigente, el aumento del IRPF y la previsible eliminación de la revalorización, por el incremento del IPC, ¿es consciente, el gobierno de la Comunidad, del perjuicio económico que esta medida supone para el colectivo más sensible de nuestra sociedad?

En cuanto al efecto disuasorio

- ¿Qué método ha utilizado la Comunidad para calcular tan elevado número de medicamentos en los domicilios de los madrileños?; ¿tiene en cuenta la Comunidad que los enfermos solamente consumen (o acumulan) los medicamentos que les prescribimos los médicos?

- En consecuencia, ¿quién tiene que ser disuadido, el enfermo que va a la farmacia o el médico que hace la receta? Hay dos posibles respuestas. Si disuaden al médico, no puede tratar a los enfermos según su criterio y si el disuadido es el paciente, no cuidará su enfermedad y ésta puede empeorar. En cualquiera de los casos, el perjudicado es el enfermo.

Y, una última reflexión: como tantos otros colectivos, los pensionistas nos sentimos engañados por las promesas de este gobierno. Pero, al menos, que no nos insulten acusándonos de acumular medicamentos ¿para que?— Ángel Oso Cantero.