Reputaciones en grave peligro
"Sofía Mazagatos tiene un negocio de venta de frutas ecológicas 'online'. Pobre chica, por qué estará arruinando tan a la ligera su prestigio de rubia tonta y mantenida"
Qué semana. La tensión informativa de estos días ha sido casi intolerable, y no, no hablo de Sandy. Que por cierto, y disculpen el off topic, es culpa de los gays, según afirma el pastor integrista cristiano John McTernan (algo que yo siempre sospeché de un huracán que lleva el nombre de Olivia Newton-John en Grease). Pero me refiero a otro tipo de ciclones, capaces de cargarse reputaciones muy consolidadas.
El primero ha sido el juicio a Ferran Adrià, acusado de estafa por la familia de su exsocio Miquel Horta. Los hijos de este señor afirman que el chef le compró su parte del negocio por mucho menos de lo que valía, aprovechándose de que no estaba muy allá de la cabeza. Adrià dio otra versión de los hechos: él y su otro socio, Juli Soler, adquirieron la participación de Horta para ayudarle a superar apuros económicos.
No me pronunciaré sobre el proceso, que a mí los juicios paralelos me gusta hacerlos en casa, con los amigos y unas cuantas cervezas. Pero me perturba todo este mal rollo alrededor de un personaje que cambió tantas cosas, un visionario que fue número uno mundial en un país tan escaso en números uno mundiales fuera del deporte. Mira que me había enfurruñado con él tras su apoyo al engendro de Eurovegas, pero no me han complacido en absoluto sus fotos en el banquillo.
El otro titán de la cocina tecnoemocional, Heston Blumenthal, también ha sido noticia por un asunto grave. El chef británico asegura que el mejor método para limpiar el paladar entre plato y plato no es tomar un sorbete, un trozo de jengibre confitado o un simple vaso de agua, sino meterse un tampón en la boca. El artículo de higiene femenina absorbe todos los jugos y te pone el paladar con el contador a cero, dispuesto a recibir con máxima expectación cualquier nueva comida que ingieras. Mi decepción vino al leer que no va a imponer esta técnica a los clientes de sus restaurantes: yo ya les veía a todos con el cordoncillo colgando de los labios, y a Heston apareciendo por sorpresa vestido de rojo al grito de “¡hola, soy tu menstruación!”.
Ahora bien, la supernoticia de verdad de la semana es otra: Sofía Mazagatos tiene un negocio de venta de frutas ecológicas online. Creo que este tema no es nuevo, pero yo me enteré el otro día mientras me degradaba viendo Sálvame. Mi primer impulso fue el de rociar de pesticidas toda hortaliza a mi alcance, pero luego recapacité y pensé: pobre chica, por qué estará arruinando tan a la ligera su prestigio de rubia tonta y mantenida.
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