Ciudadanos, políticos y banqueros

Si eres un ciudadano de a pie y cometes alguna torpeza en el manejo de tu economía, como un crédito innecesario o un préstamo hipotecario más allá de lo razonable, sabes con seguridad que si vienen mal dadas, acabarás por pagarlo. Te embargarán y te echarán de la que creías que era tu casa. Puede ser injusto o inmoral en ciertos casos, pero sabes que esa es parte de la responsabilidad que contrajiste.

Si eres un político en ejercicio, un gobernante con responsabilidad en la gestión del dinero público, ya sea en el ámbito local, regional o nacional y cometes torpezas enormemente mayores, malgastas y endeudas a tu comunidad más allá de toda sensatez, tranquilo, no pasa nada. Nadie te va a exigir responsabilidades, nadie te va a reprochar nada ni nadie va embargar tus bienes, que para eso ya están las nóminas de los funcionarios. Y si con eso no llegase para tapar el agujero, ya lo pagarán las generaciones venideras. Tú tranquilo, la culpa es de cualquiera menos tuya, porque todo lo hiciste con la mejor de las intenciones.

Si eres banquero, aún lo tienes mucho mejor. Puedes estafar a tus clientes y condenar a la ruina a tu entidad. Puedes realizar las operaciones más ruinosas y generar las pérdidas más millonarias. No solo no te van a pedir explicaciones ni exigir responsabilidades, sino que te van a premiar, si te vas, con una buena indemnización y si te quedas, con un buen rescate. La banca siempre gana.

Para pagar ya están los ciudadanos.— Sebastián Fernández Izquierdo.