¡No nos representan!

En el mundo actual no cabe plantearse un rechazo frontal el Estado, más aún cuando la ciudadanía de manera mayoritaria está reclamando el mantenimiento de los servicios públicos como la máxima expresión de los intereses colectivos, frente a quienes abogan por la supremacía del interés particular en base a una ideología de: “nosotros podemos pagarlo, nosotros nos salvamos”. Aun siendo consciente de esto, a nadie puede escapársele que el antiguo aforismo de la soberanía popular, representada a través de las instituciones democráticas, ha sido secuestrado por aquellos que cada cuatro años nos tramiten un único menaje de: “o me eliges a mí o será peor”.

La acción política hoy discurre al margen de los ciudadanos, y en ella el compromiso programático y el principio de responsabilidad ante los representados se inmola constantemente en el altar de la conveniencia circunstancial o el interés del partido. Ante esta situación los ciudadanos nos encontramos huérfanos de representación, tanto por la total ausencia de propuestas como por la certeza de que estas no son planteadas para llevarse a cabo.

A la totalidad de nuestra actual clase política, unos por lo que han hecho y otros por lo que no han hecho, solamente le queda dar un paso atrás asumiendo su responsabilidad y permitiendo que otras personas aborden la regeneración democrática.

Por esto, nosotros los ciudadanos solo podemos decir: ¡No nos representan!— Marcelo Vecchioli Rodríguez.