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LA PARADOJA Y EL ESTILO
Columna
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Somos partículas billonarias

"Sería maravilloso que el próximo día 11 pusieran en el Billionaire de Marbella la comparecencia de Rajoy para enseñar su paquete de medidas. No pasaría el código de evasión absoluta bajo el que se rige el local de Briatore, pero podría anunciarse como 'La noche del paquete de Rajoy”

Boris Izaguirre
Flavio Briatore, con Elisabetta, Valeria y Eva Cavalli, en su club Billionaire de Porto Cervo (Italia), en 2007. Anoche inauguró la sucursal marbellí.
Flavio Briatore, con Elisabetta, Valeria y Eva Cavalli, en su club Billionaire de Porto Cervo (Italia), en 2007. Anoche inauguró la sucursal marbellí.ERIC RYAN (GETTY)

Es maravilloso con­­firmar el bosón de Higgs. Pero en realidad ya llevamos tiempo instalados en la idea de que somos partículas que no dejan de colisionar. O que nuestro mundo se empeña en estallar, hacerse añicos y volver a recomponerse. Basta con enumerar los eventos de esta semana. Empezando por la venta del constable de Tita, pasando por el matrimonio con nueva cara de Gemma Ruiz, la que fuera esposa de Álvarez-Cascos, asombrándonos del paso de Rodrigo Rato de formidable salvador de la economía a imputado por mala gestión. Y llegando, ya casi sin aliento, a la inauguración por todo lo alto anoche de Billionaire, el nuevo club de Flavio Briatore en Marbella.

Poco podía saberse de la lista de invitados, era controlada desde Italia por el propio Briatore, pero llegó a filtrarse que se exigiría “elegancia total”. Si el bosón de Higgs necesitó más de cuarenta años para confirmarse, la elegancia total va por el mismo camino. De momento, tenemos las imágenes del interior de Billionaire, donde unos sillones versallescos XL en crema y oro conviven con tres barras verticales en el salón principal. Son barras para enroscarse a ellas y hacer lap dancing, que es un baile que se practica con poquísima ropa y mucho aceite hidratante. Sobre los butacones, una megapantalla para animarse con imágenes de todo tipo, chicas, photocalls, algún bunga bunga… Sería maravilloso que el próximo día 11 pusieran la comparecencia de Rajoy para enseñar su paquete de medidas. Desde luego, no pasaría el código de evasión absoluta bajo el que se rige Billionaire, pero podría anunciarse como “La noche del paquete de Rajoy”.

Como se ha filtrado, sería un paquete ajustado de reformas con el que Mariano desea realzar su sesión parlamentaria y al mismo tiempo impresionar a Angela Merkel.

Marbella está dividida por la irrupción de Billionaire. Un chófer veterano informa de que el nuevo club se levanta en los terrenos de lo que fuera el Oh! Marbella. “El lugar está maldito. Ahí no ha vuelto a funcionar nada desde que se cerrara el Oh!”. Pero Briatore tiene esa cualidad de superhéroe que puede con todo. Sobrevivió a sus propias imágenes en un bañador exiguo y sobrevivirá a la maldición del Oh! también.

Para apoyarlo en el estreno –y si nadie en la familia Aznar lo ha impedido– habrán estado Alejandro Agag y Ana Aznar, invitados confirmados al cierre de esta columna. Lo más prudente hubiera sido informar a mamá Botella sobre las tres barras verticales y que mamá hubiera sugerido a su hija que se replanteara la asistencia. Por temor a un resfriado, sobre todo.

España es un país de madres e hijas, aquí están enfrascadas en un atractivísimo incordio Tita Thyssen y la única hija del barón, Francesca. Ahora que ha vendido el constable, Tita tiene menos cuadros, pero más liquidez. Pero Francesca, furiosa, atacó, de forma un tanto clasista, diciendo que el título de Tita es tan solo Miss España 1961.

En los locos años setenta, Francesca fue bastante Miss Studio 54, y fue novia tanto de Mick Jagger como de Mick Flick, el heredero de la Mercedes-Benz. Y es que en la fortuna Thyssen todo se hace doble. Blanca Cuesta a veces parece imitar a su suegra, y Francesca no puede evitar ser comparada con Tita.

Sabemos que el universo se expande, y al hacerlo se enfría. Nosotros nos calentamos con cualquier roce. Es lo que ocurre en ese gran colisionador de partículas millonarias ubicado en el subsuelo del paseo del Prado llamado Colección Thyssen. La baronesa ha colisionado con Francesca estallando como una partícula subatómica en el CERN, allá en Suiza, donde Tita fue tan feliz, a pesar de la presencia de ese elemento de carga negativa llamado Francesca. Cosas de la física. Tita y su venta indican que el arte es el nuevo banco. Ahorrar ya no es tan seguro. El dinero está en las subastas de arte. En vez de criticar a Tita, sigamos su ejemplo y vendamos lo imposible.

Otro que se expande es el imperio ¡Hola!, que va a estrenar edición local en Pakistán. Sí, en Pakistán, Hello!, la mano inglesa del imperio, se propone “abrir una ventana a la vida de la élite dorada, poner énfasis en la cara amable del país”, informa su directora, Zhara Salfulah, que parece una hermana morena de las Ecclestone. Promete que Hello! Pakistán sea un “punto de partida, demostrar que no somos un puñado de terroristas barbudos”. Con esta nueva revista ilustrada tenemos la fórmula para vencer al terrorismo: glamour. Deberían publicar la boda de Carlos Baute para que vean de qué somos capaces.

El divorcio de Tom Cruise es otro bosón para comprobar que la Cienciología es enemiga de un matrimonio normal. Katie Holmes tardó en reaccionar, pero lo hizo: mientras Cruise filmaba en Islandia, aprovechó y, sin engañarle, le dio el cambiazo, se trasladó a otra casa en Manhattan, con Suri dentro y Tom fuera. Y además, al barrio de Chelsea, el más gay, donde Tom puede marearse al caminar.

Este galán de 50 años necesita verse en el espejo y aceptar que su religión es un gran colisionador que le devora. Y que la tradicional crisis del varón a los 50 años sigue en perfecto estado de salud. La cura, en las barras verticales del Billionaire.

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