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El ángel del hogar era una esclava

Circula por las redes, siempre en tono de chanza, más de un documento con los que el régimen franquista aleccionaba a las mujeres sobre su comportamiento en el hogar. Esos que instruían sobre artes culinarias, estética, sumisos modales, delicadeza, cuidado de los hijos, paciencia con el marido, intachable moral cristiana, generosidad, sacrificio, bla, bla, bla. Pero conviene tener en cuenta aquella siembra para que no sorprendan algunos frutos de la recolección actual.

El Fuero del Trabajo de 1938 obligaba a despedir a las mujeres de ciertos empleos cuando contraían matrimonio. Tiene que sonarles, es de antes de ayer, se lo habrán oído a sus abuelas. Pues bien, posteriores legislaciones hundieron aún más el empleo femenino al conceder subsidios y prestaciones a las familias en las que la esposa permanecía en casa, poniendo fin a la protección de la maternidad, que en España se contemplaba desde 1931. ¿Subsidios por quedarse en casa? Esto sí que suena… muy reciente… “Las familias alemanas que cuiden a sus hijos en casa sin recurrir a guarderías u otros servicios públicos obtendrán un subsidio estatal a partir de 2013. El año que viene será de 100 euros mensuales por cada hijo de entre 13 y 24 meses”, contaba Juan Gómez, corresponsal de EL PAÍS en Berlín, hace cuatro días. Donde pone familias pongan mujeres y no habrán errado el tiro. Dirán que eso es Alemania y poca influencia habrá tenido el nacionalcatolicismo español en dicha medida. Y ahí sí se equivocarán, porque no hay más globalidad que lo que atañe a discriminaciones de género. Las mujeres, en todos los países, han tenido su ineludible catecismo de buenas costumbres y su libertad embridada en alguna época, que todavía es, también en Alemania, antes de ayer.

Enseñando a señoritas y sirvientas, el libro que Matilde Peinado Rodríguez acaba de publicar en Catarata, mueve a la risa –cómo no va a hacerlo- cuando reproduce algunas de aquellas lapidarias lecciones: “Nada complace tanto a la psicología masculina como la sumisión de la mujer, y nada complace tanto a la psicología femenina como la entrega sumisa a la autoridad masculina”, decía Pilar Primo de Rivera, inagotable fuente de humor. Entonemos un ja en su memoria. Relajada la mandíbula, veamos como no faltan ocasiones hoy en día para apretarla.

Porque ahí está la gran valía del libro mencionado, que señala el camino que han seguido esas enseñanzas hasta llegar a la actualidad. Peinado Rodríguez demuestra cómo algunas actuaciones domésticas o ciertas políticas públicas, antes de calificarse de sensatas o insensatas, ocurrencias o meditadas reflexiones, son, desde luego, el pegajoso fruto de aquella siembra.

Y a cambio de qué trabajaban estas mujeres. “Por un jornal semejante al que ganaban los niños y muchachos, la mitad más o menos de lo que ganaba el hombre”, cita Peinado Rodríguez en su libro. Esos ecos llegan a nuestros días, mitigados, puede, pero correosos. A igual desempeño muchas mujeres cobran menos que sus compañeros. En las empresas se hace con guante blanco y subterfugios varios (unos ascienden y otros no y todos hacen lo mismo, por ejemplo), pero entre el campesinado y otras tareas manuales aún se encuentran casos flagrantes. Y cuando se pregunta por esto en los institutos aún algunos estudiantes lo ven bien. Tantos años de moral torcida no iban a caer en saco roto.

La deshonra de que una mujer tuviera que trabajar de casada caía también sobre el marido (en las clases medias, claro, porque en las bajas ni se cuestionaba). Esta ideología, que todavía tiene su estela en la actualidad, “era tremendamente útil a los intereses del Estado, que solo de esta forma pudo mantener bajas tasas de desempleo”.

Ay, el ángel del hogar. Ni para morirse podía abandonar su sagrada tarea de la casa. Miren esta inscripción de 1884 en una lápida del cementerio de Montjuic: “Tan buena esposa como cariñosa e inteligente madre, viviendo exclusivamente la vida del hogar y sin dejar más huellas en el mundo que la de su virtud, le abandonó la existencia cuando esta era más necesaria para la dicha de su esposo y el cuidado de sus hijos”. Cachis, qué inoportuna. ¿Y creen que esto no ha llegado a nuestros días? Esquela del Abc de un día cualquiera de febrero de 2012: “En su maravilloso empeño de esposa, madre, abuela y bisabuela, al constante servicio de una extensa familia, fue encantadora y exigente, un ejemplo de amor y dedicación para todos, con cristiana sensibilidad…”.

Decía aquel manual de Pilar Almansa Martínez de 1942 titulado Lecciones para la formación de las instructoras del hogar, que los tres fines de la niña o mujer son: el fin natural (hija, esposa y madre), fin histórico (criar hijos, educarlos y ejercer un oficio: magisterio, sanidad y artesanía preferentemente) y fin sobrenatural. Este último no se explica, ni yo lo comprendo. Pero viendo esas lápidas y esquelas de Montjuic y el Abc

Comentarios

madre mía, qué susto, joé!!!
Esas si que eran mujeres, no como las de ahora.
La vergüenza permanece escrita indeleble en nuestra historia. España...¡Patraña!
Esta era la España de los talibanes franquistas. La ideología nacionalcatólica de los valores eternos no era muy distinta del integrismo islámico. Estas muchachas de la Sección Femenina no llevarían un burka físico, pero sí llevaban el "burka psicológico".
Mi madre dejó su trabajo por cuidarnos a mis hermanos y a mí. Nunca se lo agradeceré bastante. Qué diferente era volver a casa y ver a tu madre, en vez de la televisión, la abuela o cualquier otra persona... Y no es lo mismo una madre que un padre, por mucha igualdad e historias que nos queráis endilgar.
Quiero pensar que hemos avanzado, en caso contrario no estaríamos hablando de esto, pero será un camino lento, porque hay muchas resistencias, la estructura patriaral está muy arraigada y a nadie le gusta dejar la vida sin responsabilidades familiares y domésticas, para asumirlas gustosos... en otra vida si la sociedad es así, me pido ser hombre
La mujer esclava es la que acomoda a los hombres acomplejados, inseguros y muchas veces poco varoniles.
Mensaje para guido: Contigo el sistema cultural i patriarcal que nos han inculcado, ha sacado nota, y de excelente, abrir la mente para entender que existen otras formas de organizar la sociedad no es vender una historia.
En el mundo anglosajón lleva años siendo best seller The Surrendered wife ... para nada es interpretado como un alegato machista ó de sumisión ó entrega de roles. Por qué una mujer ó un hombre no pueden decidir libremente permanecer en el hogar al cuidado de sus hijos y su pareja. Por qué el pensamiento único, politicamente correcto y abiertamente beligerante es el reflejado por el Lobbie. La verdadera igualdad llegará y se instalalá en nuestras conciencias y educación cuando cualquier miembr@ de la pareja decida libremente realizarse como le venga en gana sin someterse al análisis de conciencia de terceros no implicados en la relacción de pareja y que pretenden sentar cátedra. La dinámica pendular tanto te puede dar en la entrepierna como en los morros y dejarte ech@ unos zorros.!!!
Enhorabuena profesora. Con investigadoras como tú la universidad alcanza el nivel necesario para la formación de personas que superen definitivamente las vergüenzas históricas de nuestro país.
No se si mear o no echar ni gota... asi que la virtud de la mujer es... encantadora forma de tener esclavas baratas y asustadas, asi compensamos otras faltas pero no hay divorcio, no hay denuncia al maltratador, no hay aborto por violación, porque esa no existe en el matrimonio perfecto, no hay nada mas que lágrimas y rabia... Hala disfrutemos de la llegada de la nueva Era y de sus lecciones antiguas...
Nos venden la Alemania moderna pero el hecho de que vayan a ofrecer un subsidio para las mujeres que cuiden a sus hijos en casa se aleja mucho de la conciliación familiar y laboral que buscamos día a día en España.
No sólo en Alemania, también en Francia, Reino Unido, Holanda, Noruega etc etc dan un subsidio a la mujer que elige quedar a cuidar y educar de sus hijos cuando son pequeños. Aquí parece que hemos cambiado la obligatoriedad del trabajo en el hogar y la vergüenza de hacerlo fuera, por la obligatoriedad de trabajar fuera y la vergüenza de quedar en casa.A ver para cuándo nos van a dejar decidir a las mujeres y no dictarnos lo que tenemos que hacer -y obligarnos políticamente a ello. Antes Franco, ahora las feministas.Un poco de libertad no nos vendría mal. P.S. El artículo, fuera de tiempo y de lugar, ideológico y demagógico. No somos tontas, algunas queremos cuidar de nuestros bebés y no nos gustan nada las guarderías -ni a ellos, los pequeños, tampoco-. en fin...
Hay un estereotipo concreto que convendría ir desterrando: el de que la mujer cobra menos por el mismo trabajo. Es mucho más habitual lo contrario: que hombre y mujeres cobren lo mismo, pero los hombres sean bastante más productivos, por una razón: la mujer socializa mucho más en el trabajo y dedica mucho tiempo a la charla con las compañeras, mientras que el hombre se concentra más en hacer el trabajo y punto. No es políticamente correcto decirlo, pero es lo que se observa a diario en muchas empresas
Oye, y si el que se queda es el padre, no te dan un duro? Eso si que es discriminar....
Menudo salto cualitativo...han pasado de estar en su casa y sus labores, a currar, estar en su casa y sus labores, pagar la hipoteca y ojito conque la despidan que ya falta dinero en casa, a no ver a sus hijos,...que cambio....ya conozco mas de una que dice...YO NO PEDI ESTO.
la mal entendida emancipación de la mujer en españa no ha hecho sino cargar de más responsabilidades a la mujer, ya que son partícipes activas del sostenimiento familiar, pero no se han deshecho ni de una sola obligación como madres. como no se puede estar en todos lados a la vez y que todo salga bien, sucede que la unidad familiar se ha roto y no ha venido ninguna otra institución fuerte a sustituirla. este bien podría ser el gran problema de la sociedad actual , que genera desarraigo y falta de valores en los hijos. no digo que la mujer no tenga derecho a trabajar, si así lo desea, pero no que ambos miembros de la unidad tenga la obligación de hacerlo. debiera haber alguno que se quedara al cargo de la crianza, da igual si es el hombre o la mujer. en sociedades más tradicionales, como la alemana, es la mujer la que queda al cargo de los hijos y tratándose de un estado corporativo, que proporciona subsidios, les incentiva la maternidad.
Que el poder (en este caso del franquismo) hay que conocerlo bien a fondo es una cuestión indiscutible y en la que estamos de acuerdo (creo) sea por mujeres, por feministas o por historiadoras. Pero también hay que conocer, y quizá con más urgencia, cómo se le resiste, porque uno de los efectos que tiene el poder es hacernos creer que es imposible la resistencia o incluso la existencia más allá de sus estrechas miras. Un importantes sector de los estudios sobre el franquismo están recuperando toda la sabiduría y la diversidad de tácticas que muchas mujeres desarrollaron entonces y ahora para fomentar formas más liberadoras de vivir, de romper con los patrones de género, de heterosexualidad obligatoria o de obediencia amorosa. Creo que se ven las cosas mucho más claras cuando se pone al poder en su sitio y se le ve como una respuesta a la diversidad de resistencias existentes en lugar de seguir contando las historias centrándonos en él (en masculino, sí), como protagonista de la historia. Esto no es una actitud negacionista del régimen autoritario sino un reconocimiento de que muchas mujeres (otras no pudieron o no quisieron) resistieron a los catecismos nacional-católicos con sofisticadas y sabias herramientas de las que aprendimos sus hijas o sus nietas. Estos testimonios liberadores son los que no circulan en las redes porque las huellas que dejaron en el archivo son tenues, pero nuestras herramientas contemporáneas no lo son tanto. Hablemos de esto también y no contribuyamos al efecto cegador del franquismo sino al reconocimiento de la sabiduría y sutileza de las resistencias.
Probablemente las mujeres de esa época hayan sido las de mayor calidad en los últimos 200 años y las más felices
Para David: Seguro que esa afirmación está respaldada por numerosos estudios médicos y psicológicos.
El timo de la estampita, colegio de monjas, vivir en el pueblo, obedecer en esa sociedad patriarcal de la que ignoraba hasta la falta de derechos , la sección femenina,y después leías a Simone de Beauvoir y a Virginia Woltf y unos parrfitos de Walt Whitman y a Herman Hesse, dejabas el sujetador en casa, intentebas vivir tu vida ,muchos beatnis con aullidos, todos hombres hasta llegar a los hyppies y la comuna..joder qué lío pero està claro la mujer es la que sostiene a la familia ,los ancianos ,los enfermos los minusválidos,da a luz ,cuída crea sufre no cobra y es marginada en todas las sociedades

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