Hambre y alimentación
El problema de la carencia de alimentación esta presente en un gran número de países, y el objetivo de reducir a la mitad la pobreza mundial para el 2015 es un meta cada vez más inalcanzable. Actualmente, el número de pobres en el mundo sigue creciendo, se alcanzaron los 1.000 millones en 2008 (un sexto de la población mundial) y cada día, mueren un total de 40.000 personas por desnutrición.
Por desgracia, el hambre no es contagioso, pero sí peligroso. En las últimas dos décadas, el hambre ha provocado revueltas callejeras en más de 60 países, incluyendo la caída de gobiernos. Por ejemplo, la revolución árabe actual. Según la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura) hay alimentos suficientes y casi el doble para alimentar a la humanidad. Entonces, ¿qué es lo que falla? ¿Falta de voluntad política, tal vez social? ¿Qué podemos hacer nosotros? Actuemos localmente a través de organizaciones involucradas en el desarrollo de países tercermundistas, actuemos mediante el voto, si no hay ningún partido político a favor, eliminemos al que esté en contra de estas ayudas, actuemos desde el consumo en los supermercados, cambiemos nuestro carro de la compra por un carro de combate. No somos pequeños para lograr cambios. Toda la humanidad navega en el mismo barco y, si este se avería, los daños repercutirán en todos nosotros. Por todo ello, proponemos un compromiso colectivo para hacer frente a una realidad abrumadora, pero de posible erradicación.— Amadeo Núñez Fuentes.
