Crecimiento económico y desigualdad
Todos los informes señalan que siete de las diez economías mundiales que más están creciendo se encuentran en África subsahariana. El 70% de la población africana vive en países que presentan tasas de crecimiento superiores al 4% anual. Sin embargo, las desigualdades que se generan en ellos, especialmente en los campos de la sanidad, la educación y la participación en la sociedad, y la marginación de gran parte de la población están impidiendo el progreso social y económico de millones de africanos. Esto es lo que pone de relieve el informe del African Progress Panel (APP), titulado Jobs, Justice and Equity. Sezing opportunities in times of global change, que fue presentado el pasado viernes, 11 de mayo, en Addis Abeba.
Durante la rueda de prensa en la que se dio a conocer el estudio, el anterior Secretario General de la ONU, Kofi Annan, afirmó que se quiere transmitir un mensaje positivo. También dijo que África se está convirtiendo en uno de los destinos favoritos para invertir, en un centro de crecimiento global y en un lugar para la innovación y la creatividad. Al mismo tiempo, puso de manifiesto que todavía queda mucho por hacer y que los gobiernos africanos tienen la obligación de volver sus miradas, de forma urgente, hacia todos aquellos que no se están beneficiando de este crecimiento y se están quedando atrás.
No cabe duda de que hay muchas razones para hablar de África en positivo. En las últimas décadas el continente ha hecho grandes avances en el campo de la reducción de la pobreza, de la mortalidad infantil, de la lucha contra enfermedades como el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria, del crecimiento económico… Pero, sin embargo, la vida de la mayoría de los hombres y mujeres que lo habitan ha cambiado muy poco y estos y estas no se han beneficiado de los avances. Por eso, no es de extrañar que a pesar del fuerte crecimiento económico del continente, este esté todavía lejos de conseguir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
El informe del APP pone de relieve que después de una década de fuerte crecimiento las desigualdades económicas en África son cada vez más visibles y casi la mitad de sus ciudadanos y ciudadanas todavía viven con menos de 1,25 dólares al día. A pesar de tanta riqueza creada, muchas personas siguen en la pobreza, muchos niños y niñas se acuestan hambrientos cada día y muchos jóvenes no encuentran trabajo.
También señala que los pequeños agricultores, en su mayoría mujeres, que siguen representando la espina dorsal de la economía africana y son responsables de la alimentación de la inmensa mayoría de las familias del continente, no se benefician de esta ola de riqueza. Por eso, las zonas rurales, principalmente, han quedado atrapadas en la pobreza y son vulnerables a las enfermedades, el hambre y la marginación.
El estudio del APP asegura claramente que los gobiernos del continente no están transformando la nueva riqueza en oportunidades para todos sus ciudadanos, especialmente para los más marginados. La desigualdad en el acceso a la salud, la educación, el agua y el saneamiento está incrementando las diferencias sociales.
El African Progress Panel está formado por diez personalidades, bajo el liderazgo de Kofi Annan, que en el informe de este año han decidido centrarse en las desigualdades e injusticias que se dan en África porque son realidades a las que se enfrentan todos los días los habitantes del continente y que están haciendo que el crecimiento económico se torne socialmente insostenible. En el siguiente video se presentan a los miembros del APP durante el lanzamiento del informe.
Afirma el estudio que los políticos africanos deberían centrarse en la creación de puestos de trabajo, en la justicia y en la igualdad, para asegurar un crecimiento sostenible y equitativo que beneficie a todos los africanos y africanas. Si este objetivo fracasase se llegaría a lo que los autores del informe llaman un “desastre demográfico” que se caracterizaría por altos niveles de desempleo juvenil que conducirían al desarraigo social y que generaría mucha hambre en el continente.
El informe identifica varias áreas que necesitan especial atención:
- Desempleo juvenil: la población juvenil africana (15-24 años) pasará de 133 millones al inicio del presente siglo a 246 millones en el 2020, lo cual significa que deberían crearse, al menos, otros 74 millones de puestos de trabajo, solo para evitar que el paro juvenil crezca. El informe apuesta por la formación profesional y creación de trabajo en las zonas rurales, que no tiene por qué estar relacionado con la agricultura.
- Pequeños agricultores: el estudio apunta a la necesidad de unir esfuerzos para aumentar la productividad de las pequeñas explotaciones agrícolas. Al mismo tiempo acusa a la usurpación de tierras por parte de multinacionales e inversores como uno de los mayores problemas de cara a la seguridad alimentaria y urge a los gobiernos a tomar medidas serias en este campo.
- Educación: el informe señala que en el continente existen 30 millones de niños y niñas sin escolarizar. También indica que muchos de los que van al colegio no adquieren un nivel mínimo de educación debido a las carencias de los sistemas educativos y a la falta de materiales escolares. Esto es un impedimento a la hora de producir individuos preparados para competir en una sociedad global basada en el conocimiento. Por eso se pide a los gobiernos que pongan más esfuerzos en la educación.
- Economía mundial y Ayuda al Desarrollo: el informe señala que África prácticamente no tiene voz en materias como comercio y finanzas internacionales o Ayuda al Desarrollo, cuestiones que tienen una gran importancia para sus ciudadanos. Son asuntos que le vienen dictados desde el exterior. Reconoce el estudio que la Ayuda al Desarrollo todavía es vital para la mayoría de los países africanos y pide a los países donantes que cumplan con sus obligaciones pero que lo hagan de forma transparente y que rindan cuentas de ella.
El informe apunta dos posibles vías para solucionar estos problemas:
- Los gobiernos tienen que movilizar fondos generados por el crecimiento económico e invertirlos en servicios básicos e infraestructuras domésticas que ofrezcan a la población mayores oportunidades.
- Los gobiernos tienen que favorecer una atmósfera que fomente la creación de puestos de trabajo y ofrecer medios de vida más seguros para que los pobres también sean parte del crecimiento económico y encuentren así el camino que les ayude a salir de la pobreza.
Un buen análisis del informe lo encontramos en el artículo de Mark Tran para The Guardian o en el de Sue Valentine en All Africa.
Todas las fotos: Africa Progress Panel.
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