Cuando los que expropian son los trabajadores
Esta entrada ha sido escrita porDANIEL JIMÉNEZ, periodista del equipo de redacción deNoticias Positivas.
Ahora que las expropiaciones de YPF y la filial boliviana de Red Eléctrica Española ocupan las portadas de los medios de comunicación nacionales, tal vez sea el momento de recordar otro tipo de expropiaciones que suelen pasar más desapercibidas a este lado del charco. Nos referimos a las expropiaciones realizadas en el marco del movimiento de las fábricas tomadas. ¿Tomadas por quién? Por sus propios trabajadores. Se trata de fábricas cerradas por sus dueños, pero que sus antiguos empleados deciden ocupar o comprar para mantenerlas en activo.
Curiosamente, uno de los países donde más casos se han producido es Argentina, donde miles de trabajadores apostaron por esta fórmula tras la avalancha de cierres patronales provocada por la crisis de 2001. Así sucedió con la cooperativa FaSinPat (siglas de Fábrica Sin Patrones), anteriormente conocida como Cerámica Zanon, una fábrica ceramista cuyo dueño, Luigi Zanon, decidió liquidar en noviembre de dicho año 2001.
Los obreros de la planta optaron entonces por la ocupación de la misma para seguir produciendo y sostener sus empleos. Al principio, Luigi Zanon no se opuso a la ocupación, hasta que, en el año 2002, el gobierno argentino abandonó la paridad 1 a 1 del peso y el dólar y decretó la pesificación que convertía todas las cuentas en dólares a pesos al precio oficial. Como resultado del cambio, FaSinPat volvió a ser rentable de nuevo, y Luigi Zanon intentó reclamar su propiedad. De hecho, se decretaron hasta cinco órdenes de desalojo en los primeros años de la ocupación. Desalojo que nunca se pudo concretar debido al fuerte apoyo que lograron los obreros de Zanon entre la población neuquina, que ha hecho famoso el grito de "Zanon es del pueblo".
Un apoyo que se debe en parte a que FaSinPat no solo ha logrado mantener los empleos, sino que además ha creado otros nuevos. En estos once años, la plantilla ha pasado de 240 a 451 personas. Por si esto fuera poco, en el año 2005, FaSinPat decidió construir una clínica de salud comunitaria en el barrio pobre de Nueva España. Los habitantes del lugar habían estado reclamando una clínica al gobierno provincial desde hacía dos décadas. Los obreros de la antigua Zanon la construyeron en tan solo tres meses.
En agosto de 2009 tuvo lugar otro importante hito en esta historia con la aprobación por parte de la Legislatura de Neuquén de una ley de expropiación de la fábrica para pasar a manos del estado bajo control obrero. Más de dos años después, la ley sigue sin aplicarse, debido a las presiones de poderes políticos y económicos, que han llegado a plantear la inconstitucionalidad de dicha decisión. Sin embargo, tras más de once años de control obrero, y dado el importante apoyo popular, parece que todo se acabará resolviendo de forma favorable para FaSinPat.
Cientos de fábricas recuperadas tomaron el ejemplo de Zanon en Argentina. Pero mal haríamos en pensar que se trata solo de un fenómeno exclusivamente argentino. De hecho, según la Confederación de Cooperativas de Trabajo (Coceta), durante los dos primeros años de crisis se tomaron unas 40 empresas en España.
En este caso, más que de expropiaciones, habría que hablar de fábricas que son compradas por sus antiguos trabajadores, que se organizan a través de la conformación de cooperativas. Algunas surgieron en esta crisis, como Mec 2010, un taller de mecanizados de Sabadell (Barcelona) que actualmente lidera el sector a nivel local. Pero también ha habido empresas tomadas durante otros periodos históricos. Así ocurrió con la matricera Mol-Matric, fundada hace ya 30 años.
Otra destacada empresa podría unirse a la lista en un futuro. Solo que en este caso no se recuperaría una fábrica, sino un medio de comunicación. Esto es lo que persigue la plataforma Más Público, compuesta por antiguos trabajadores del diario Público, apoyados por la Cooperativa Integral Catalana. Su objetivo es comprar la antigua cabecera para impedir su cierre definitivo y continuar publicando noticias. Primero en formato digital, y después, si es posible, volviendo también al papel. Si lo logran, será el primer gran diario nacional de masas propiedad no de los accionistas, sino de sus trabajadores.
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