Chivo expiatorio
¿Y si Europa ya hubiera votado? François Hollande tranquiliza a los socios de Francia. Su deseo de fomentar el crecimiento ya ha encontrado aliados inesperados, que van desde el líder del Banco Central Europeo hasta los dirigentes de los países del sur de Europa, tan castigados por la crisis. Las recetas son variadas pero hasta Alemania, guardiana del dogma del equilibrio presupuestario, empieza a flaquear.
Un socialista, menos aún si no ha sido elegido todavía, no hace verano, pero Europa está preocupada con razón por la deriva francesa. La Unión está construida sobre valores y corren malos vientos de París a Budapest pasando por Atenas y La Haya. La contaminación populista envenena Europa, convertida en un fácil chivo expiatorio en esta época de crisis.
Esto es lo que denunciaron el pasado jueves los ministros de Interior, inquietos por el juego de Sarkozy (…) con la libre circulación de personas, un elemento fundacional de los tratados europeos. Por consiguiente, la construcción europea no es una religión revelada y los electores franceses mostraron, y en gran número, su desconfianza hacia un sistema que signifique rigor, paro y liberalismo. Deben ser escuchados. (…) Será tarea de Hollande reconciliar a su país con la UE. Hay que demostrar que Europa puede significar también empleo y justicia social, como ocurría en los tiempos de Jacques Delors, un modelo que inspira al candidato socialista a las presidenciales francesas. Los socios comunitarios, especialmente Alemania, deben ayudar a Hollande a acertar. En nombre de otra Europa.
François Sergent
París, 27 de abril
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