¿Qué hace una joya?
Broche Tokio de la alemana Doris Betz en plata lacada
Hace mucho tiempo que los metales y las piedras preciosas no reinan en la joyería contemporánea. La imaginación y la sugerencia se han impuesto en escuelas como el departamento de Joyería de la Escuela de Arte y Superior de Diseño (EASD) de Valencia que este año, como regalo por su décimo aniversario, ha conseguido que la mayor reunión de joyería artística del mundo, el Schmuck de Munich, pueda verse en España hasta el 27 de mayo. El MUVIM, Museo Valenciano de la Ilustración y de la Modernidad, acogerá por primera vez la muestra que, desde hace 50 años, reúne en la ciudad alemana a la vanguardia de la joyería mundial.
El comisario de este año, el profesor vienés Karl Bollmann asegura en el catálogo que él no se considera un artista. Desde el paradójico punto de vista de hacer de un arte ornamental un arte también útil, Bollmann ha buscado la originalidad, pero también la portabilidad, en las 65 piezas que ha seleccionado entre los 700 candidatos. Un arte útil y sin embargo decorativo y sugerente es lo que reúnen los broches, anillos, gargantillas, collares, brazaletes y demás ornamentos que, expresando más libertad que riqueza, podrán verse en Valencia.
La belleza, la sugerencia, la originalidad y la construcción artesana son las claves de la nueva joyería. Los anfitriones españoles de esta muestra, que hace un lustro que viaja a ciudades como Nueva York, Melbourne, Padua o Birmingham, aseguran que la relación de su ciudad con la joyería se remonta a 1240, cuando se fundó en Valencia el gremio de joyeros y plateros de la ciudad. La impronta de la nueva joyería es mucho más reciente. Hace 10 años la EASD abrió un departamento del que ya han salido notables joyeros. La clave está en idear joyas que valgan por sí mismas, no por el valor de sus materiales. Como muestran muchas de las piezas que pueden verse en la exposición, una joya más democrática es, por naturaleza, también más exigente con el creativo. Invita a todos a perder el miedo a los adornos, y a los robos. Y requiere, de los joyeros, tino, gusto y empeño en ser más creativos.
Anillo Pompuous II de la danesa Kim Buck, en tela de oro
Broche Subtle Architectures del español Ramón Puig Cuyas, de plata y niquel.
Colgante You do as if I am your everything and nothing else exists del mejicano Jorge Marilla, en piel, asfalto, cuerda y madera.
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