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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El empeño de Ana Mato

La ministra de Sanidad insiste en obtener más informes científicos sobre la idoneidad de despachar sin receta la píldora poscoital

SOLEDAD CALÉS

Hace siete años,  la agencia del medicamento de EE UU (FDA) decidió permitir que la píldora poscoital se pudiera dispensar sin receta. Costó trabajo debido al debate moral que suscitaba. La Organización Mundial de la Salud considera que la píldora no es abortiva porque, al tomarse en las siguientes horas al acto sexual, solo impide que el óvulo se implante en el útero. Lo importante es tomarla enseguida. Por eso, la OMS cree que las mujeres deberían tener acceso libre a esta píldora, pero Ana Mato, ministra de Sanidad del Gobierno de España desde finales de diciembre pasado, dice que no hay informes “concluyentes” como para vender esta píldora sin receta en España como se viene haciendo desde septiembre de 2009.

En Francia, Reino Unido, Suecia y Noruega la píldora poscoital también se vende sin receta, pero Ana Mato sigue dudando y parece preferir el sistema anterior en el que las españolas debían implorar en las urgencias, no siempre con éxito, que un médico les recetara el fármaco.

Al igual que la FDA, la Agencia Europea para la Evaluación de Medicamentos (EMEA) considera que la píldora poscoital no presenta efectos secundarios perjudiciales para la salud, pero Ana Mato dijo el pasado miércoles en el Senado que su ministerio debe evaluar esos efectos para tomar una decisión al respecto. Ha pedido informes a las organizaciones científicas españolas, algunas de las cuales ya expresaron en el pasado su posición favorable a la píldora sin receta.

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, por ejemplo, ya dijo que sí y ha vuelto a responder que el fármaco no es tóxico, es seguro y puede dispensarse sin receta. La Organización Médica Colegial ha sido menos clara. Pide que se dispense por “indicación” del médico, pero aclara que eso no significa recetar. Tras dos años de venta libre, un estudio demostró que las mujeres no abusan de la píldora: solo el 0,4% la utilizaron más de una vez al año.

Pero Ana Mato insiste en revisar la situación y les aseguró a los senadores que la decisión que tome no obedecerá a cuestiones ideológicas. Es el suyo un raro empeño en negar la evidencia.

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