Sobre cemento y ruinas
Leo con indignación y preocupación que el consumo de cemento ha caído a niveles de los años sesenta, es decir, hemos retrocedido 50 años. Esta es nuestra desgracia, haber consumido en el último decenio tanto cemento que no podíamos digerir y hoy sufrimos una indigestión que nos ha puesto en ayunas (sirva el símil sanitario). Buscar responsable de nuestra desgracia es fácil; solo es cuestión de mirar las hemerotecas y recordar aquellas advertencias casi a diario, que duraron meses y años de la burbuja inmobiliaria y que nadie atendió. Sólo cabe decir: de aquel cemento gastado estas ruinas, y por tu mala cabeza así te ves.— A. Velasco.
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