_
_
_
_
Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

El civismo del circo

Anatxu Zabalbeascoa

Jorge Barroso, alias El Bifu, es el director de Varuma Teatro. Su hermano es malabarista y frente a los bloques donde crecieron y hoy está el piso de sus padres, junto a la Carretera de Carmona, en la entrada del Polígono Store de Sevilla, se hartaron de ver un solar vacío, ocupado por una construcción destartalada y abandonada que nadie reparó jamás. Ya mayores, decidieron terminar de destrozarla y recoger los escombros. Limpiaron el solar. Pidieron permiso al Ayuntamiento para levantar allí una carpa. Obtuvieron licencia de ocupación para cuatro años y decidieron que en la carpa actuaría su circo y que ese circo sería una escuela para el barrio. ¿Cómo se levanta sin dinero un edificio que suele costar 90.000 euros? Bifu recuperó la entrada de su piso para sacar adelante ese proyecto. Luego se acordó del arquitecto Santiago Cirugeda. Lo había conocido cuando empezaba con el circo. Bifu aprendía entonces a caminar sobre zancos y, alzado sobre los palos, se tropezó con el andamio donde, entonces, vivía Cirugeda, experto en vacíos legales y fundador del estudio sevillano Recetas Urbanas.

Cirugeda está estos días montando la carpa. También colabora un montón de padres e hijos de colegios públicos de autogestión. “Es importante que los hijos vean a los padres currando”, explica Bifu. ¿De dónde salen los materiales? “La madera con la que hemos construido la cafetería proviene del desmontaje de una exposición en el matadero de Madrid. Y la recogimos nosotros. Son 3.000 euros de madera por 180 de gasolina utilizando la furgoneta del teatro. Las cuentas salen”, sonríe Cirugeda.

A Bifu le dieron una subvención de 15.000 euros. Pero se los reclamaron después porque inició la actividad (espectáculos de circo) sin tener licencia. “No hubo más remedio. Nos entraban a robar material guarro y teníamos que traer actividad y gente”. Hoy la escuela de circo se ha convertido también en centro de formación para integrantes de colectivos de arquitectos. Así, miembros de la compañía, arquitectos y trabajadores de varios colectivos hacen turnos para mantener el orden. “El otro día apareció un chaval cargando una viga roja en una motito. `¡Chico que te vas a matar, coge algo más pequeño!”, le gritó Cirugeda.

El Ayuntamiento de Sevilla les ha cedido unas vallas. Ellos han construido otras. Mucho material se lo han donado. “Nos han dejado tanto que ahora somos nosotros, los colectivos, los que estamos cediendo material a la administración para algunos de sus montajes”. La escuela de circo está en marcha. También enseña a hacer reír.

Comentarios

Buena iniciativa de emprendedores. ¡Qué tengan suerte!
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_