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LA PRENSA

¡Tragedia!

Otra vez en la picota. De nuevo a la carrera para atender una emergencia real, cuyo costo se pesa y mide en daño irreparable, pérdida irrecuperable, dolor y luto en centenares de familias hondureñas. (…)

 La causa real es tan evidente, real y amenazante que en menos de diez años se han repetido siniestros similares con centenares de muertos.

Nos referimos a la política penitenciaria y a la administración de los centros penales que, por décadas, ha sido relegada a una especie de submundo en el que la corrupción supera con la fuerza de un tsunami los muros y portones, constituyendo la más fuerte y eficaz oposición a las iniciativas para modernizar y adecentar los centros de reclusión. (…)

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Si esto ha ocurrido en el reclusorio de Comayagua, presentado durante años como modelo, (…) qué puede suceder en presidios, cuyas condiciones se hallan en los límites de lo infrahumano. (…)

Una palabra: hacinamiento, que es un eufemismo para aminorar el efecto de la palabra más exacta para calificar la situación en que viven los privados de libertad en la mayoría de los presidios. La población penal en el reclusorio de San Pedro Sula supera en un trescientos por ciento la capacidad de las instalaciones. (…)

Las fuerzas obstruccionistas de la administración penitenciaria tradicional, obsoleta y corrupta sigue teniendo mucho poder en el Gobierno y la respuesta, hoy como hace tres décadas en que se inició la lucha, no ha sido otra que demagogia, respaldada por el silencio al transcurrir los días. (…)

Tegucigalpa, 16 de febrero

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