Crónica de la contracumbre: un día de un lobista 'oenegero' en el COP

José Luis García Barahonavuelve a la carga desde Durban. Seguro que leyendo esta entrada más de uno se replanteará las tonterías que escuchamos a veces sobre el trabajo de las ONG.

Tim Gore, reponsable político de Oxfam para Cambio Climático, habla con una representante del Gobierno chino durante la conferencia de Durban. Foto: Ainhoa Goma.

Hoy quiero hacer un homenaje a mis compañeros/as de Oxfam y de otras ONG que se pasan la conferencia haciendo lobby e intentando seguir las discusiones en el COP. No es tarea fácil y cuanto más trabajo con ellos/as, más les admiro. Este es el trabajo quizás menos conocido en España que también hacemos algunas ONG.

Un grupo de compañeros/as se convierten en auténticos expertos: se dedican todo el año a seguir el curso de las negociaciones, las posiciones de los países, a investigar, buscar datos, acordar posiciones frente a los avances (o estancamientos) de las negociaciones. Y luego vienen al COP.

Un día de un lobista de Oxfam en Durban empieza a las 6 de la mañana. A las 7 tienen una reunión de coordinación donde se señalan los momentos clave del día (asuntos que se van a negociar, dónde, a qué hora, quién estará dónde). A las 8, salida al centro de convenciones. El trabajo allí es agotador. Se tiran todo el día siguiendo las discusiones, compartiendo las novedades, acordando posiciones según cambia la agenda, identificando países que bloquean avances para inmediatamente intentar reunirse con los negociadores de ese país e intentar convencerles, con datos, de que cambien su posición. Hacen ruedas de prensa, atienden a medios de comunicación, persiguen negociadores para intentar influirles… todo esto en un centro enorme donde hay multitud de reuniones teniendo lugar al mismo tiempo, donde en muchas no están autorizados a entrar y donde hay miles de delegados pululando de un sitio a otro.

Nuestros lobistas compiten con los de las grandes petroleras y corporaciones. Están tan informados y preparados como ellos... pero cobran diez veces menos, viajan en turista y duermen en 'guest houses'.

A las 7 de la tarde se reúnen todos/as para hacer un balance de cómo han ido las negociaciones, ver si tenemos que actualizar nuestras recomendaciones frente a alguna novedad que haya podido presentarse, qué países se han movido en una u otra dirección…. Y a las 8 vuelta al hotel. Algo de cenar por los alrededores y a eso de las 10 de la noche se les puede ver a todos/as en la recepción (donde el wi-fi es mejor) escribiendo nuevas notas de prensa, actualizaciones, artículos o hablando con sus familias en casa por Skype. A eso de las 12 de la noche van cayendo agotados/as, hasta el día siguiente, otra vez a las 6. Y así 15 días sin parar.

De verdad que es un espectáculo verles trabajar. Cualquiera de ellos/as conoce casi todos los detalles que se están negociando ahí dentro y se dejan la piel para intentar que todo sea lo más favorable posible a la gente pobre que está sufriendo más los efectos del cambio climático. Es una labor invisible para el público en general, pero es de las cosas que hacen algunas ONG como Oxfam que más contribuyen a combatir la pobreza y de las que me hacen sentirme orgulloso de trabajar en este sector.