La Audiencia de Lleida condena a 10 años a un hombre por matar a otro en un bar
El tribunal impone además al condenado el pago de una indemnización de 174.00 euros a los padres del fallecido
La Audiencia de Lleida ha condenado a 10 años y medio de prisión a Rafael Macías, vecino de Lleida, por matar a golpes en un bar a Ahmed K., de 47 años y natural de Marruecos. Un jurado popular declaró al acusado culpable del homicidio, por el que el fiscal solicitó una pena de 12 años de prisión por homicidio y una indemnización de 174.000 euros para los padres del fallecido.
La sentencia, de acuerdo con el veredicto del jurado, declara probado que sobre las 22.00 horas del 24 de abril de 2010, Macías vio a la víctima en el bar El Caserón, de Lleida, y decidió entrar para pedirle explicaciones por un incidente anterior. Tras una discusión verbal, Ahmed le lanzó una botella al acusado, que no llegó a alcanzarle, y en un momento determinado éste replicó con un puñetazo en el rostro de Ahmed, quien cayó al suelo y se golpeó la cabeza, quedando aparentemente inconsciente. El acusado continuó agrediéndole, dándole patadas en la cabeza, asumiendo con ello "la posibilidad de causarle la muerte".
El acusado salió del establecimiento dejando tendido en el suelo el cuerpo de Ahmed, siendo el propietario del bar quien llamó a la ambulancia que trasladó al herido al hospital Arnau de Vilanova, donde fue operado de urgencia y falleció cuatro días después a causa de las graves lesiones sufridas en la zona craneal.
Durante el juicio, los forenses fueron concluyentes al afirmar que las graves heridas que presentaba la víctima no eran en modo alguno compatibles con un solo golpe sino que, por el contrario, "sugerían varios golpes y además muy intensos". La víctima presentaba fractura de los huesos temporal, parietal y occipital derecho, y estas múltiples fracturas no eran compatibles con una caída a consecuencia de un golpe.
La Audiencia de Lleida considera que la acción del acusado, de propinarle patadas en la cabeza de su oponente cuando se encontraba en el suelo noqueado por el fuerte golpe recibido y sin ninguna posibilidad de defenderse, evidencia una "inequívoca intención de causar daño, tanto como para llegar a producir la muerte de su adversario". La sentencia aprecia la atenuante de arrebato u obcecación y fija la indemnización para los padres de la víctima en 80.000 euros.
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