Una lápida 67 años después del funeral

La familia de Juan Bautista García Sales, un soldado valenciano que falleció tras la agresión de un superior en la explanada del puerto de Ceuta el 29 de septiembre de 1944, ha cerrado hoy el duelo, 67 años después del sórdido funeral en el que el Ejército camufló su muerte. El Gobierno de la Ciudad Autónoma y el Ayuntamiento de Ceuta han añadido su nombre a la placa que conmemora las víctimas mortales del franquismo en la ciudad en el cementerio de Santa Catalina. Con este reconocimiento García Sales se convierte en la víctima número 299.

Batiste, como le llamaban amigos y familiares en su pueblo, Foios, murió a los 22 años después de que el brigada Tejido, que insultaba constantemente a los valencianos por "rojos" lo golpease en la cabeza por haber marcado mal el paso en un ejercicio de instrucción. El Ejército ocultó la verdadera causa del fallecimiento y comunicó a la familia que se había producido como consecuencia de una peritonitis derivada de una apendicitis. Un amigo suyo, Matías Gimeno Orts, reveló a EL PAÍS 67 años después cómo se produjo la agresión y su testimonio abrió un proceso para reparar su memoria que ha sido culminado hoy con la colocación de su nombre junto a la escultura que recuerda a las víctimas.

En el acto participaron 14 familiares que aprovecharon para poner una lápida con los datos de la víctima junto a la fosa común a la que fue trasladado unos años después de su muerte. Uno de sus sobrinos depositó en el osario un saquito de tierra del huerto de la casa en la vivió antes de dejar Foios para cumplir el servicio militar en Ceuta. Otro de los sobrinos, Vicent García Devís, quien ha llevado el peso del proceso de restitución de la verdad en el caso de Batiste, ha explicado que "con el acto de hoy la familia cierra el duelo".