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3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Apoyar la vida en medio de la barbarie de Mogadiscio

Antes:Fadumo y su hijo Mohammed,desnutrido, llegan al centro;Después:Fadumo y su hijo Mohammed,recuperado tras el tratamiento.Credito Fotos. SAACID

Más de 300.000 personas desplazadasen Mogadiscio, de los cuáles 100.000 han llegado en los últimos dos meses, en una ciudad a la orilla de un precioso mar azul que guarda todas las cicatrices de demasiados años de conflicto, ahora en relativa calma. Calles que tal vez tuvieron asfalto en algún momento, personas que se arraciman en el mercado local, muchos, demasiados, hombres armados por todos partes, los policías, los soldados somalíes, los soldados de la fuerza internacional y los guardaespaldas... jamás vi tantas armas a mi lado. Y un curioso sistema de invitar a los autos a moverse en un atasco: disparar al aire para llamar la atención. Innovador sí es… Todas esas personas han huido del conflicto en sus comunidades; las últimas, además, lo han hecho del hambre producida por una brutal sequía.

La mayoría de ellos se agrupan o amontonan, según los casos, en una cincuentena de asentamientos, campos, les llamamos, que van desde unos pocos cientos hasta casi 50.000 personas, como es el de Siliga, un campo autogestionado que ocupa la antigua zona de la Embajada de los EEUU y que fue creado hace 8 meses, cuando los primeros indicios de la crisis que había de venir hicieron su aparición.

Algo fascinante de este campo es cómo muestra de manera vívida la asombrosa capacidad emprendedora que tiene el pueblo somalí, en condiciones realmente adversas como las que tiene este país, malviviendo en un campo de desplazados, durante muchos meses y en medio del conflicto: florecen los pequeños comercios con todo tipo de productos de consumo, desde tomates hasta jabón, desde recargas para el teléfono hasta Pepsi. Estos comercios son una caja o unas tablas improvisadas para que hagan de mostrador y alguien detrás con capacidad para conseguir y vender lo que necesites.

Es muy difícil para las agencias internacionales trabajar aquí: inseguridad si no eres local (ir cargado con un chaleco antibalas y un casco a 35 grados no es lo más cómodo del mundo), dificultad para acceder a la compleja red de clanes, suspicacia acerca de tus intenciones… es por ello que Oxfam trabaja con socios locales que consiguen resultados extraordinarios. En Baadbado, un campo donde viven unas 27.000 personas, desde que empezaron los asentamientos yen sólo tres díasuno de nuestros socios, HIJRA,fue capaz de distribuir agua potable y proveer de saneamiento a las personas que llegaban, y lo sigue haciendo hasta ahora, con unos 280.000 litros de agua por día y una letrina por cada cuatro familias, en pleno contexto urbano y con éxito. Hasta la fecha no se ha dado ningún caso de cólera o de diarrea aguda.

Gran parte de los niños que llegan a Mogadiscio huyendo de la sequía lo hacen con graves problemas de desnutrición. En uno de los centros se me arrasaron los ojos al ver algunos de ellos extremadamente famélicos. SAACID, otro de nuestros socios, se encarga de dichos centros. Hoy hay en tratamiento en Mogadiscio más de 25.000 criaturas menores de cinco años. El tratamiento dura de dos a cuatro meses, según la severidad. Cuando las familias llegan al campo se les pide que pasen por el centro para identificar qué niños están malnutridos, a partir de ahí y según la situación se empieza con el tratamiento y seguimiento de estos niños, se les provee de suplementos necesarios y se les controla semanal o quincenalmente; si están muy graves se les refiere al hospital para un tratamiento médico más intensivo. Al igual que abruma el estado de los recién llegados, emociona la condición de los que han seguido el tratamiento y recuperan peso y salud. Es muy hermoso.

De todo lo visto diría que lo que más atrapa es la belleza, con eso me quedo, la belleza del compromiso, la belleza de la posibilidad, la belleza de cómo el esfuerzo de muchas personas en el mundo con sus contribuciones y de unos colegas en el corazón de Mogadiscio es capaz de transformar la vida de un niño, y con él la de su madre y la de su familia… y también la mía. La belleza de esperar que lo improbable se convierta en realidad, la belleza de la esperanza que la vida florecerá en mitad de la barbarie.

¿Puede acaso también la belleza de la esperanza cambiar la vida de usted que me lee? Sólo mire las fotos y déjese embargar por dicha belleza.

Puedes seguirme en twitter @BeyondTheTribe o en mi blog www.MasAllaDeLaTribu.net

Comentarios

Me gusta el texto. Que mantengamos siempre la esperanza, aún "contra toda esperanza"
Este articulo tiene rasgos de frivolidad. A quien le interesa que vayas con un chaleco antibalas o que estés a 35 grados? Pareces un turista de la cooperación, porque sorprenderse que los desplazados se rebusquen la vida y monten tiendas donde se vende pepsi y tomates es de turista de la cooperación. Y eso lo confirma que hablas de cifras enormes y cerradas, como si el punto fuesen cifras y no las personas. Por ultimo, no sé de que belleza hablas, has escrito unas lineas y no nos has explicado por que esa gente esta desplazada ni si hay posibilidades de que regresen a sus casas y tierras. Turista accidental con casco y chaleco antibalas, que vio como se dirigía el trafico a bala, eso parece que fue la experiencia principal de tu viaje. No combina este tipo de artículos con este blog.
Me gusta el texto. Que mantengamos siempre la esperanza, aún "contra toda esperanza"
Este articulo tiene rasgos de frivolidad. A quien le interesa que vayas con un chaleco antibalas o que estés a 35 grados? Pareces un turista de la cooperación, porque sorprenderse que los desplazados se rebusquen la vida y monten tiendas donde se vende pepsi y tomates es de turista de la cooperación. Y eso lo confirma que hablas de cifras enormes y cerradas, como si el punto fuesen cifras y no las personas. Por ultimo, no sé de que belleza hablas, has escrito unas lineas y no nos has explicado por que esa gente esta desplazada ni si hay posibilidades de que regresen a sus casas y tierras. Turista accidental con casco y chaleco antibalas, que vio como se dirigía el trafico a bala, eso parece que fue la experiencia principal de tu viaje. No combina este tipo de artículos con este blog.
Me gusta el texto. Que mantengamos siempre la esperanza, aún "contra toda esperanza"
Este articulo tiene rasgos de frivolidad. A quien le interesa que vayas con un chaleco antibalas o que estés a 35 grados? Pareces un turista de la cooperación, porque sorprenderse que los desplazados se rebusquen la vida y monten tiendas donde se vende pepsi y tomates es de turista de la cooperación. Y eso lo confirma que hablas de cifras enormes y cerradas, como si el punto fuesen cifras y no las personas. Por ultimo, no sé de que belleza hablas, has escrito unas lineas y no nos has explicado por que esa gente esta desplazada ni si hay posibilidades de que regresen a sus casas y tierras. Turista accidental con casco y chaleco antibalas, que vio como se dirigía el trafico a bala, eso parece que fue la experiencia principal de tu viaje. No combina este tipo de artículos con este blog.

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