Jóvenes, inquietos e indignados
Esta entrada se publicó el 16 de marzo, cuando todavía el movimiento 15M apenas se esbozaba. Ahora el debate que esta entrada y la publicada el día anterior con el titulo ¿porque los jovene españoles no se indignan? queda completamente obsoleto.
La entrada de ayer sobre los jóvenes y lo mucho o poco que se movilizan ha provocado un revuelo considerable. Por eso le hemos pedido aIrene Milleiroque haga una segunda entrada sobre este asunto. Irene es Directora de Campañas deIntermón Oxfamy conoce muy bien el terreno que pisa.
Titulo:Amber. Autora:Nathalie Paco
Les voy a hacer una confesión, ahora que no me escucha nadie: yo envidio a los jóvenes de hoy. Envidio su manejo de lasnuevas tecnologías, la cantidad de gente a la que conocen, lo que viajan o lo bien que hablan inglés. Creo que –botellón y todo- son la generación más preparada de este país. Tienen amigos de colores diferentes y nos están haciendo menos racistas. Con las redes sociales se pasan por el forro las barreras de clase o estatus y le plantan su opinión en tiempo real a quien haga falta, seaBisbaluObama. Son generosos: comparten gratis su música, sus series, sus consejos sobre el mejor ADSL, sus opiniones sobre hoteles o restaurantes. Quejándose públicamente del mal servicio obligan a las empresas a mejorar.
Carlos Prietose preguntaba ayer en este blog si los jóvenes se indignan.... pues claro que sí: mientras los no tan jóvenes nos indignamos en el taxi y en la barra del bar, ellos le plantan cara a una ministra si creen queuna ley es injusta, y se enfrentan aMastercardo a quien haga falta para defender la libertad de información.Ya, ya -me dirán- ¿pero se movilizan por las injusticias que suceden en el mundo? Pues ni más ni menos que el resto de la población. Me explico: los jóvenes entre 15 y 29 añosrepresentan cerca de un20% de la población en España. En Intermón Oxfam tenemos100.000 colaboradores de campañas. ¿Saben cuántos de ellosson jóvenes? Sí, un 20%. O sea que se movilizan lo que les toca.
Y, pese a eso, nos empeñamos en llamarles de todo: “ninis” (ni estudia, ni trabaja), pre-parados, egoístas, apáticos. Ay, la famosa paja en el ojo ajeno. No nos paramos a pensar, porque duele, que hace solo treinta años nos dieron una democracia limpia, a estrenar, y hay que ver lo que hemos hecho con ella. Corrupción a tutiplén, jubilación a los 67, privatización de la sanidad, recorte del gasto social, trabajo en negro por doquier, personas hipotecadas hasta las cejas. Hace un tiempo leíque el 54% de los jóvenes no tiene proyectos ni ilusión. Con lo que les hemos dejado, bastante es que un 46% sí los tiene.
Y lo peor de todo es que los tenemos ahí, y los estamos desaprovechando. Nadie les ha preguntado cómo creen que se podría solucionar el paro juvenil, si quieren jefes y contratos indefinidos, o si prefieren más flexibilidad y subvenciones para montar sus propias empresas. No les pedimos ideas para salir de la crisis, ni les dejamos que nos digan cuál es la España que quieren tener. Y es una pena, porque estoy segura de que tienen mucho que aportar.
No descarto que en cualquier momento se levanten, como lo han hecho en Argelia, en Egipto, o en Libia, y nos den lo que nos merecemos. Razones, como las meigas, haberlashailas.
Y solo un dato más, según el últimobarómetro del CISjóvenes y viejos nos preocupamos por lo mismo: creemos que el paro, los problemas de índole económica y la clase política (sic) son, por ese orden, los principales problemas que existen actualmente en España ¿qué les parece?
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