Chipperfield también quiere una silla
De entre todas las sillas plegables, al británico David Chipperfield le interesan las que son como su propia obra: las que menos se ven, las más planas, las que menos ocupan y las que menos dejan ver en sus asientos, estructuras y respaldos el paso del tiempo. Por eso, en la línea tan actual de tratar de ofrecer una silla para todo: para interior y exterior, para la vida en casa y para las cafeterías, el arquitecto ideó un asiento plegable de polipropileno y fibra de vidrio con mecanismos escondidos en el interior de los componentes moldeados. Es esa manera, aparentemente natural, de esconder los mecanismos lo que merece un aplauso.
La pieza es la primera silla producida por la empresa Alessi, una experta a la hora de poner la mesa que no había trabajado nunca por debajo del mantel. Para esta experiencia, la firma italiana se ha asociado a la empresa Lamm, de la misma manera que buscó socios expertos en otros ámbitos cuando se adentró en el campo de los baños o en el de las cocinas. Así, coloreada, como una de las líneas coloristas de Alessi, pero sólida y práctica como los componentes eternos de las otras, la nueva silla Piana es de un plástico especial, “con tacto”, apunta Chipperfield. Y es cierto que la textura tupida y antideslizante del polipropileno se siente especialmente al tacto. Las sillas son 100% made in Italy, todo un signo de los nuevos tiempos, y Alberto Alessi ha asegurado que confían en ellas para los próximos 50 años de la empresa. Buscando la eternidad, el empresario se ha preocupado también de que el polipropileno sea 100% reciclable y de que los colores no sean de temporada, sino los clásicos: blanco, negro, rojo, verde, amarillo y gris.
El otro aplauso que merece la silla se comprende cuando está cerrada. Plegable mide tres centímetros (siete, en la zona del respaldo). Pesa 4,8 kilos y puede colgarse de la pared –en un colgador de acero pintado con epoxi- o montarse en un carro para amueblar un evento efímero. Como algunos de los legendarios asientos plegables del diseño italiano de los setenta, la primera silla de Chipperfield (y de Alessi) tiene un precio asequible, según se mire: cuesta 150 euros pvp.
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