Librería en la catedral

Libros y estampitas. Guías turísticas y rosarios. Pilar Líbano ha firmado una librería en una de las capillas del claustro de la catedral de Barcelona.

Bajo los nervios de la cúpula y tras las rejas de hierro de la capilla, la interiorista ha optado por limpiar y ordenar. Como Patrimonio no le permitía tocar la pared, trató de evocar el clima de recogimiento, austeridad y comercio que hoy en día se da en las catedrales, en las que convive el culto gratuito y la visita pagada. La idea de la librería-tienda de recuerdos era surtir al público fiel y al curioso, sin abrumarle y ordenando la mercancía. Así, Líbano potenció la gran altura de la capilla (empotrando luces en el mobiliario) y trabajó con los materiales del templo: la madera y el hierro. El resultado es una isla en el claustro. Pertenece al lugar, pero, a su vez, es de nuestro tiempo. Con una sobria estética actual y tratando de ordenar, recortar y exponer la mercancía, Líbano ha firmado un marco que hace brillar los souvenirs.

En hornacinas, estanterías y colgadores, la interiorista, autora de locales míticos barceloneses como los bares Velódromo o Astoria, los restaurantes Salero o Carmelitas y las tiendas de Lydia Delgado o Antonio Miró, ideó un mueble a la medida de las estampitas y las expuso en vertical mientras optó por mostrar los libros en horizontal. Con los rosarios colgando como collares de cuentas y las imágenes de santos y de la virgen empotradas en hornacinas conseguía, a la vez, mayor protagonismo para los iconos y despejar la tienda de su abrumadora presencia. El crujir de la madera, el olor a incienso -que también se vende en la tienda regentada por Happy books y La Formiga d’ Or- y hasta el calor de la cera de las velas hacen el resto: un contraste respetuoso entre dos épocas de mitos y creencias amplias: la oferta de estampas de santos supera a la de los trajes de los ídolos del futbol, dos calles más atrás, en las Ramblas. Y Líbano les ha hecho sitio.